Un abrir y cerrar de ojos, eso duró la estancia de Novak Djokovic en Indian Wells. El número uno, que no competía en territorio californiano desde 2019, cedió contra todo pronóstico frente al italiano Luca Nardi. Nadie se hubiera imaginado que el 123º del mundo, repescado a última hora por el torneo, diese la campanada. (6-4, 3-6 y 6-3) y marcara su nombre con fosforito en el libro de tragedias de Novak. Hasta ahora, el sudafricano Kevin Anderson —Miami 2008, como 122º— era el verdugo del balcánico con peor ranking en los Masters 1000.
Ya había sufrido Nole en el estreno del domingo —cedió un parcial ante Alexander Vukic— y esta vez no pasó el corte: irreconocible, enfiló la salida rápido. No obstante, se marcha de Indian Wells algo más cerca de un récord histórico en el tenis que ostenta su compañero de batallas: Nadal. Rafa y Novak. Novak y Rafa. Dos tenistas cuya rivalidad transciende más allá de los límites de pista. Ambos se han disputado, con permiso de Roger Federer, la etiqueta de mejor tenista de la historia. Los dos han protagonizado una de las rivalidades más apasionantes que nos ha brindado el tenis.
Todavía no se sabe cuándo podría ser el próximo capítulo de la misma, pero está claro que sus incontables batallas deportivas van a pasar a la historia. No sólo las libradas mediante enfrentamientos directos, también las que mantienen desde la distancia. En lo que respecta a victorias en Masters 1.000, esta ha sido recortada, aunque todavía se mantiene favorable a Rafa Nadal. Con más esfuerzo del que seguramente imaginaba, Novak Djokovic volvió a ganar un partido en Indian Wells, donde no competía desde 2019 por la pandemia del coronavirus y su negativa a vacunarse, y alcanzó las 400 victorias en Masters 1.000.
Ganó a un sensacional Aleksandar Vukic, que forzó el tercer set antes de ceder por (6-2, 5-7 y 6-3). El serbio se medirá el lunes en la tercera ronda contra el repescado italiano Luca Nardi, verdugo del chino Zhizhen Zhang (6-3, 3-6 y 6-3). La victoria de Djokovic fue la número 400 en Masters 1.000. Es el segundo tenista que alcanza esta cifra en la historia de esta categoría de torneos, después de Rafa Nadal, al que acecha a solo seis de la marca del español, que elevó a 406 hace dos años en Roma, cuando ganó en segunda ronda al estadounidense John Isner, antes de caer después contra el canadiense Denis Shapovalov.
Diferente relación sin la raqueta de por medio
La pugna por ser el tenista con más Grand Slams de la historia avivó su rivalidad. Hace unas semanas, Rafael Nadal reflexionaba sobre el récord que actualmente ostenta Djokovic con 24 trofeos. “Para él sí hubiera sido una frustración más grande no conseguirlo. Y a lo mejor por eso lo ha conseguido, ha llevado la ambición al máximo. Yo he sido ambicioso, pero con una ambición sana que me ha permitido ver las cosas con perspectiva, no estar frustrado, no cabrearme más de la cuenta en la pista cuando las cosas no iban bien”.
Djokovic recogió la reflexión del tenista español y le lanzó un dardo envenenado tras conquistar por séptima vez el Masters 1.000 de París. “Voy a por todos los récords posibles, todos los que pueda batir. Nunca he tenido problemas para decir eso. Y es por eso que no le gusto a ciertas personas. Yo no finjo como otros y digo que los récords no son mi objetivo para luego comportarme de manera diferente… Yo siempre trato de estar en línea con lo que creo. Intento disfrutar de estos momentos que ahora significan y valen el doble. Cuando consideras la etapa de mi vida y carrera en la que me encuentro, y ganar un torneo tan grande. Aunque pueda parecer una rutina para la gente, cada victoria en los niveles de Masters y Grand Slam realmente significa mucho para mí”, afirmó.