Tegucigalpa ha alcanzado un hito histórico al convertirse en la primera ciudad verde de América Latina, gracias a su adhesión a un programa pionero impulsado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Este acuerdo, rubricado ayer entre autoridades gubernamentales, la alcaldía capitalina y el organismo internacional, marca un paso significativo hacia un futuro más sostenible y resiliente para la capital hondureña.
En un movimiento sin precedentes, Tegucigalpa se consagra como líder regional en el impulso de prácticas agrícolas sostenibles y la preservación de espacios verdes urbanos. La ciudad se une al selecto grupo de urbes comprometidas con la producción local de alimentos y la protección del medio ambiente, bajo el auspicio de la FAO.
La ambiciosa iniciativa global de la ONU aspira a involucrar a mil ciudades para el año 2030, promoviendo la autonomía alimentaria y la conservación del entorno natural en áreas urbanas. En este contexto, Tegucigalpa inaugura el Centro de Demostración y Capacitación Ciudades Verdes, destinado a capacitar al personal encargado de gestionar huertos urbanos, con el objetivo de extender estas prácticas a ámbitos escolares, comunitarios y familiares.
La creación de este centro de formación responde a la visión de Edwin Sánchez, titular de la Unidad de Gestión Ambiental (UGA) de la alcaldía, quien enfatiza la importancia de promover la agricultura urbana como una estrategia integral para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Por otro lado, Fátima Espinal, representante de la FAO en Honduras, destaca el impacto positivo de esta iniciativa en la resiliencia de las zonas urbanas frente al cambio climático y en el bienestar de la población. Datos de la FAO revelan que más del 55% de la población mundial reside en áreas urbanas, lo que subraya la relevancia de adoptar medidas sostenibles en entornos urbanos.
El compromiso de Tegucigalpa como la primera ciudad verde de América Latina es un paso crucial hacia un futuro más próspero y ecoamigable. A través de la promoción de la agricultura urbana y la preservación de áreas verdes, la capital hondureña se erige como un modelo a seguir en la lucha contra el cambio climático y la búsqueda de un desarrollo sostenible. Esta iniciativa no solo beneficia al medio ambiente, sino que también promueve el bienestar y la resiliencia de sus habitantes, sentando las bases para un futuro más prometedor para las generaciones venideras. Redacción Bruce Villatoro CEO QuienOpina.Com