Con un panorama electoral donde Donald Trump y Kamala Harris se enfrentan por los vitales 538 votos del Colegio Electoral , la posibilidad de un empate no es solo un ejercicio teórico, sino un escenario realista que podría desatar un terremoto político.

Desde que se implementó el Colegio Electoral , la historia de las elecciones ha sido testigo de momentos decisivos, siendo el único empate registrado en 1800 entre Thomas Jefferson y Aaron Burr un recordatorio de cuán frágil puede ser la victoria. Esta elección dio lugar a la primera “elección contingente” en la Cámara de Representantes , un mecanismo que podría reactivarse en el 2024.

Para que un empate suceda, es fundamental que Harris logre capturar estados clave como Wisconsin , Michigan , Arizona y Nevada , además de conseguir un voto electoral en Nebraska . Esto podría suceder si pierde Pensilvania y Georgia , lo que llevaría a un resultado final de 269-269 . Este tipo de escenario es más que teórico; Plataformas como 270 to Win permiten a los usuarios simular diferentes resultados electorales, explorando cómo podrían desarrollarse los votos.

¿Qué ocurre en caso de empate?

Si se llegara a un empate en el Colegio Electoral , el proceso de desempate se activaría mediante una “elección contingente”, conforme a lo estipulado en la 12ª Enmienda de la Constitución. Este mecanismo fue diseñado precisamente para evitar la parálisis electoral que vivió en 1800 . Si ningún candidato alcanza la mayoría de 270 votos , el nuevo Congreso, que se reunirá el 3 de enero , será el encargado de elegir al presidente. En esta circunstancia, la Cámara de Representantes tiene la responsabilidad de seleccionar al presidente de entre los tres candidatos con más votos, mientras que el Senado se encargaría de elegir al vicepresidente entre los dos primeros clasificados.

La elección contingente se llevaría a cabo el 6 de enero , justo después de que los miembros del Congreso cuenten los votos electorales y determinen que no hay un claro ganador. Este procedimiento no solo revela la complejidad del sistema electoral estadounidense, sino también la profunda división en la nación, donde cada legislador podría estar influenciado por las preferencias de sus votantes o sus propios deseos políticos.

Implicaciones del sistema electoral

En una elección contingente, cada estado tiene un voto, independientemente de su población. Este formato otorga una ventaja significativa a los estados más pequeños y rurales. Por ejemplo, en una elección donde California y Texas tienen el mismo peso que Delaware y Wyoming , la representatividad se ve comprometida, creando un escenario donde los estados menos poblados pueden tener una influencia desproporcionada en el resultado.

Es importante destacar que no hay una obligación legal que impida a las delegaciones estatales votar en contra del resultado de su estado. En estados donde los votantes están muy divididos, las dinámicas locales pueden influir en cómo las delegaciones eligen a su candidato, llevando a resultados inesperados. Previos a las elecciones de 2024 , los republicanos dominaban en 26 estados frente a 22 demócratas , con Minnesota y Carolina del Norte en empate. Sin embargo, los cambios en el mapa electoral y la dinámica de los frecuentes pueden alterar este equilibrio en cualquier momento.

Las raíces del sistema electoral estadounidense

La creación del Colegio Electoral responde a un intento de equilibrar la representación entre grandes y pequeños estados. En sus inicios, los electores votaban por dos candidatos, uno para presidente y otro para vicepresidente, lo que requería una coordinación meticulosa. La confusión durante la elección de 1800 entre Jefferson y Burr expuso las fallas del sistema y condujo a la implementación de la 12ª Enmienda , que buscaba evitar futuros empates y las complicaciones que conllevan.

Desde entonces, aunque no se ha producido otra elección contingente, el proceso ha sido puesto a prueba en varias ocasiones. Por ejemplo, en 1824 , el sistema fue activado debido a que varios candidatos obtuvieron votos, pero ninguno alcanzó la mayoría necesaria. Sorprendentemente, todos los candidatos en esa elección eran del mismo partido, el demócrata-republicano , aunque representaban diferentes facciones regionales. El resultado fue que la Cámara eligió a John Quincy Adams , a pesar de que Andrew Jackson había ganado el mayor número de votos populares y electorales.

En 1876 , una elección disputada generó una situación aún más complicada, donde múltiples listas de votos electorales se presentaron ante el Congreso. A pesar de que Samuel Tilden había obtenido más votos populares, el Congreso otorgó la victoria a Rutherford B. Hayes a través de una comisión especial. Este tipo de episodios históricos subraya las complejidades del sistema electoral y cómo las decisiones tomadas por los legisladores pueden influir en el rumbo de la democracia estadounidense.

Conclusión: Un futuro incierto

La posibilidad de un empate en las elecciones de 2024 entre Trump y Harris no solo es un concepto intrigante, sino que también puede desencadenar un proceso electoral inédito en la historia moderna de EE.UU. Las repercusiones de un empate no se limitan a la elección de un presidente; también pondrían a prueba la estabilidad y la funcionalidad del sistema político. A medida que nos acercamos a las elecciones, la atención se centrará no solo en las campañas de los candidatos, sino también en cómo los electores y sus representantes navegarán en un entorno político cada vez más polarizado. Este 2024 podría ser un año decisivo que reconfigurará la manera en que los estadounidenses perciben su sistema electoral y su capacidad para elegir a sus líderes.

¡DIOS BENDIGA A HONDURAS!