Tegucigalpa, Honduras.- El Congreso Nacional de Honduras sigue sin alcanzar un consenso para aprobar el Presupuesto General de la República, enfrentando un conflicto constante entre los partidos opositores y el oficialismo.
Este estancamiento está retrasando la asignación de recursos vitales para diversas instituciones del país. A medida que avanza el año 2024, las instituciones, como el sistema de salud, están desesperadas por cubrir los flagelos que aún afectan a la población hondureña. Promesas incumplidas y una gestión ineficiente han causado un deterioro en sectores fundamentales para el bienestar de los ciudadanos.
El sector de salud es uno de los más golpeados por la falta de presupuesto. En 2024, este sector experimentó una grave crisis, con una ejecución de presupuesto que apenas alcanzó el 55%. Esto dejó sin cubrir más de 1,528 millones de lempiras, lo que resultó en una situación caótica en los centros médicos del país. No solo faltaron insumos básicos como algodón, sino que la falta de recursos compromete la atención a los ciudadanos. Mientras tanto, sectores como Educación, Niñez y Seguridad siguen siendo relegados en las asignaciones presupuestarias.
La situación se complica aún más al observar que, a pesar del incremento del presupuesto en los últimos cinco años, no se reflejan mejoras en áreas clave como la pobreza y la migración. Cuatro de cada diez hondureños buscan refugio en otros países, lo que demuestra la urgencia de una respuesta eficaz por parte del gobierno para mitigar estas crisis. Los recursos asignados a instituciones que no tienen un impacto directo en las necesidades de la población parecen ser una prioridad en lugar de salud, educación y otros servicios básicos.
En medio de este panorama, se espera que el presidente del Congreso Nacional convoque a una sesión extraordinaria para resolver el conflicto y finalmente aprobar el presupuesto, permitiendo que el gobierno y las instituciones públicas puedan enfrentar las necesidades urgentes del pueblo hondureño. La presión por actuar es cada vez más alta, ya que el tiempo avanza y las soluciones continúan siendo postergadas.
Este estancamiento legislativo se convierte en un obstáculo crítico para la gestión de los recursos del país, lo que podría profundizar aún más las desigualdades sociales y la crisis económica. A medida que el debate sigue sin resolverse, la población hondureña espera con incertidumbre que sus necesidades sean finalmente escuchadas y atendidas por sus representantes. Redacción Laura Valladares.