Tegucigalpa, Honduras.- El canciller Enrique Reina anunció hoy que en la tarde de este viernes arribarán los primeros dos vuelos militares con deportados hondureños, marcando un hito en las nuevas medidas migratorias implementadas por Estados Unidos. Estos vuelos traen consigo a 78 y 48 deportados, quienes fueron detenidos en la frontera sur de EE. UU.. A diferencia de los vuelos comerciales, que suelen ser notificados con 48 horas de anticipación, los vuelos militares son avisados con solo 12 horas de antelación a las autoridades hondureñas.
Uno de los vuelos proviene de Texas, específicamente para trasladar a aquellos hondureños que se encontraban detenidos en centros de migración estadounidense. El canciller destacó que la implementación de estos vuelos responde a la necesidad de mejorar las condiciones en las que los hondureños retornan a su país, buscando evitar que enfrenten situaciones «indignas» al llegar.
En este contexto, el gobierno hondureño ha propuesto la contratación de vuelos chárter en caso de ser necesario, una propuesta que aún no ha recibido respuesta formal de parte del gobierno de EE.UU.. Sin embargo, las autoridades estadounidenses han señalado que están listos para proceder con la repatriación de los migrantes hondureños identificados, como parte de un proceso humanitario para evitar la saturación de los centros de detención en la frontera.
Reina explicó que estos vuelos forman parte de un esfuerzo más amplio para reducir el tiempo de espera en los centros de detención migratoria, una medida que también afecta a países como México, Guatemala y Colombia, que se encuentran entre los mayores beneficiarios de estos vuelos. Los hondureños, en cambio, ocupan una posición más baja en la lista de prioridades, lo que explica por qué este tipo de vuelos para Honduras ha comenzado de manera más tardía.
En línea con estos esfuerzos, el gobierno hondureño ha iniciado un programa denominado «Hermano, hermana vuelve a casa», que ofrece bonos de 100 dólares y mil dólares adicionales para emprendedores que busquen reintegrarse a la economía local tras su retorno. Además, el programa incluye un bono alimenticio para facilitar la adaptación de los deportados a su vida en Honduras.
El protocolo de deportación ha sido uno de los temas más comentados en el marco de las relaciones entre Honduras y Estados Unidos, especialmente tras los recientes cambios bajo la administración del presidente Donald Trump. En este sentido, el canciller Reina subrayó que la presidenta Xiomara Castro ha mostrado preocupación por la situación de los migrantes y ha instado a un diálogo constructivo con Washington para abordar la situación. Aunque en su mensaje de inicio de año la mandataria mencionó la base de Palmerola, dejó claro que no se utilizaría como argumento para frenar las deportaciones, sino para fortalecer la cooperación bilateral.
El tratado de extradición entre ambos países, que finaliza el 28 de febrero, es otro tema delicado. Sin embargo, hasta la fecha no se ha recibido ninguna nueva propuesta del gobierno estadounidense, aunque se han mantenido conversaciones sobre cómo manejar los mecanismos de vuelos militares bajo la administración Trump.
El canciller también destacó que, a pesar de las diferencias, las relaciones diplomáticas con EE.UU. siguen siendo en general positivas. La renovación del convenio de la base militar de Palmerola, en enero de este año, fue un paso más en el fortalecimiento de los lazos entre ambas naciones, aunque la relación bilateral sigue siendo un tema de discusión constante, especialmente con respecto a la soberanía nacional y las políticas migratorias. Martha C.C.