Una iniciativa en redes sociales ha convocado a la comunidad inmigrante en Estados Unidos a unirse a una jornada de protesta bajo el lema «Un día sin inmigrantes», programada para este lunes 3 de febrero. Esta acción busca visibilizar la importancia de los inmigrantes latinos en la economía y la sociedad estadounidense, promoviendo una inactividad colectiva que incluye no asistir al trabajo, no enviar a los niños a la escuela y no realizar compras durante todo el día.

Los mensajes que circulan en plataformas digitales transmiten una fuerte solidaridad y unidad, destacando el impacto que tendría la ausencia de los inmigrantes en todos los aspectos de la vida cotidiana. «Somos una gran comunidad que debe estar unida. Dios proteja a cada uno de los inmigrantes, porque su único delito es querer sacar a su familia adelante y trabajar día con día», se puede leer en uno de los avisos que circulan en redes sociales. Aunque la idea comenzó como una iniciativa de un activista de Washington, ha ganado rápidamente apoyo en otros estados, ampliando su convocatoria y alcance.

Esta protesta tiene un trasfondo político, en respuesta a las políticas migratorias del presidente Donald Trump y su polémico plan de deportación masiva. A través de diversas redes sociales, videos y afiches se han vuelto virales, mostrando el mensaje de unidad y lucha. «Alerta mundial, se paraliza Estados Unidos este próximo 3 de febrero. Gran protesta de inmigrantes. Nuestra fuerza está en nuestra unión, no trabajes, no compres, no envíes a los niños a la escuela. Alcemos la voz por nuestros derechos y nuestras familias. Somos esenciales, somos fuertes, somos comunidad», es uno de los mensajes clave que circulan, reflejando el fervor de la movilización.

El contexto de esta protesta no está desconectado de las políticas de inmigración implementadas por Trump, quien recientemente declaró como emergencia nacional la protección de la frontera sur de Estados Unidos. A través de una serie de órdenes ejecutivas, el presidente ordenó el despliegue del ejército para resguardar la frontera, mientras las redadas y deportaciones masivas de inmigrantes aumentaron considerablemente. En el primer mes de 2025, más de 2,000 migrantes hondureños han sido deportados desde EE. UU., a los que se suman casi 1,000 deportados desde México y Guatemala.

El clima de tensión ha generado una fuerte preocupación en las comunidades inmigrantes, que enfrentan la incertidumbre y el miedo a ser expulsados de un país donde llegaron buscando mejores oportunidades. El viernes pasado, dos aviones militares y dos vuelos chárter arribaron al Aeropuerto Internacional Ramón Villeda Morales, en La Lima, Cortés, con cerca de 350 deportados. Entre ellos, había mujeres, niños y jóvenes, quienes compartieron su frustración y tristeza por haber sido obligados a regresar a sus países de origen tras haber sido expulsados de EE. UU.

Este tipo de protestas pacíficas busca llamar la atención sobre la contribución esencial de los inmigrantes en el país, en un intento por reafirmar sus derechos y recordar que sin inmigrantes no hay progreso. Con un mensaje claro y contundente, los organizadores de «Un día sin inmigrantes» esperan que su convocatoria no solo sea un acto simbólico, sino también un impulso para el cambio en las políticas migratorias estadounidenses.

En un clima de creciente polarización política, la movilización se presenta como una oportunidad para fortalecer la unidad de la comunidad inmigrante en EE. UU., buscando respuestas más humanas y justas ante el tratamiento que reciben muchas de estas personas que, como tantos otros, llegaron al país en busca de un futuro mejor para ellos y sus familias.

¡DIOS BENDIGA A HONDURAS!