Tegucigalpa, Honduras.. El Partido Libertad y Refundación (Libre) ha quedado en el centro de un nuevo escándalo político que ha estremecido el escenario nacional: la revelación de un video donde se evidencia el presunto desvío de fondos públicos hacia actividades proselitistas, marcando un giro irónico en la historia del partido que prometió limpiar el Estado de prácticas corruptas.
El ahora denominado “cheque video”, filtrado el fin de semana, muestra al ministro de Desarrollo Social, José Carlos Cardona, en conversación con la diputada oficialista Isis Cuéllar, discutiendo sin tapujos la entrega de cheques de más de 100 mil lempiras que, si bien deberían destinarse a obras de impacto social, aparentemente fueron usados para eventos políticos del partido Libre, incluyendo la compra de kits de sonido, materiales promocionales y logística para movilizaciones.
Cuéllar, quien aparece visiblemente incómoda en la grabación, menciona que rechazó uno de los cheques, al considerar que el respaldo documental indicaba que se trataba de una supuesta reparación de vivienda a su nombre, lo cual —en sus palabras— sería “ilegal e inmoral”. Aunque su negativa fue clara, el hecho de que exista un esquema preestablecido para entregar estos fondos en efectivo y sin supervisión adecuada levanta fuertes sospechas de corrupción institucionalizada.
El fondo en cuestión, el Programa de Administración Solidaria de SEDESOL, tiene como finalidad brindar apoyo a comunidades vulnerables y promover microemprendimientos. Sin embargo, el contenido del video sugiere que se está usando como instrumento de clientelismo electoral, beneficiando directamente a operadores políticos del partido de gobierno en departamentos clave de cara a las elecciones internas.
Este episodio recuerda de manera inevitable al caso Pandora, donde durante el gobierno anterior se acusó a 38 funcionarios y diputados por el desvío de más de 282 millones de lempiras procedentes de las arcas del Estado —específicamente de la SAG y la Secretaría de Finanzas— para financiar campañas políticas.
En un giro que muchos califican como karma político, ahora Libre se ve atrapado en su propio discurso, al ser acusado de repetir las mismas prácticas corruptas que juró combatir. La opinión pública exige respuestas inmediatas, investigaciones formales y una rendición de cuentas real.
Hasta el momento, ni la Presidencia de la República ni la Secretaría de Transparencia han emitido declaraciones oficiales. No obstante, voces del sector académico, sociedad civil y analistas independientes señalan que el silencio institucional podría ser interpretado como una forma de complicidad o encubrimiento.
El Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) ha solicitado públicamente que el Ministerio Público actúe de oficio ante la evidencia audiovisual, considerando la gravedad de los hechos y su repercusión en la confianza ciudadana.
Además, varias organizaciones internacionales ya estarían observando con preocupación el caso, ya que el uso indebido de recursos públicos puede impactar en cooperación extranjera, especialmente en programas sociales financiados por fondos multilaterales.
Este escándalo marca un nuevo punto de inflexión para Libre, cuya bandera de transparencia y justicia social hoy ondea entre dudas, contradicciones y exigencias de coherencia ética. Redacción Bruce Villatoro CEO HonduPrensa.Com