Tegucigalpa, Honduras.- Las autoridades sanitarias de Honduras confirmaron oficialmente la circulación del sublinaje XFG de la variante Ómicron, apodado internacionalmente como “Frankenstein”, debido a su composición genética compleja. Esta variante fue detectada por el Laboratorio Nacional de Vigilancia de la Salud, y se presume que ingresó al país por un caso importado, según informó Lorenzo Pavón, jefe de la Unidad de Vigilancia de la Salud.
Aunque la XFG no ha sido clasificada como una “variante de preocupación”, sí es considerada de interés epidemiológico por su alta capacidad de propagación. Pavón hizo un llamado a la población a retomar las medidas de bioseguridad, especialmente en espacios cerrados como hospitales, bancos y supermercados. “Esta variante no debe generar pánico, pero sí conciencia. El uso de mascarilla y la vacunación siguen siendo nuestras mejores defensas”, advirtió Pavón.
Vulnerabilidad y prevención
El funcionario también alertó que personas con enfermedades preexistentes, adultos mayores y mujeres embarazadas deben reforzar sus precauciones. Subrayó que el país aún enfrenta debilidades estructurales en la red hospitalaria, agravadas por la escasez de insumos médicos.
Hasta la primera quincena de julio, se han registrado más de 260 casos positivos de COVID-19, con una mayor incidencia entre jóvenes de 20 a 29 años y mujeres, aunque no se ha declarado oficialmente un brote.
¿Qué es “Frankenstein” o XFG?
Conocida científicamente como XFG o Stratus, esta subvariante combina mutaciones de distintas cepas de Ómicron, lo que aumenta su capacidad de transmisión. Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) la incluye en su lista de variantes bajo vigilancia, aún no hay evidencia que indique que provoque cuadros clínicos más graves que variantes anteriores.
Los expertos recomiendan:
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Uso de mascarilla en espacios cerrados
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Vacunarse con dosis actualizadas
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Evitar automedicarse
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Acudir al médico ante síntomas respiratorios persistentes
Honduras entra así en una nueva fase de atención sanitaria, donde la vigilancia epidemiológica y la conciencia ciudadana serán clave para contener cualquier posible repunte. Redacción Ruth Corrales