Tegucigalpa, Honduras.- Bajo el lema “Caminamos con fe y esperanza”, la “Caminata de Oración por la Paz” está tomando fuerza en todo el país, luego de ser convocada por la Conferencia Episcopal de Honduras (CEH) y la Confraternidad Evangélica de Honduras. La jornada espiritual, que busca elevar oraciones por la paz, la democracia y la reconciliación nacional, se realizará el 16 de agosto de forma simultánea en las 18 cabeceras departamentales y al menos 34 municipios.
La movilización, de carácter ciudadano y pacífico, tiene como fin unir a la población en un mismo clamor por el futuro del país, sin tintes partidarios ni intereses políticos. “Ya tenemos 34 municipios confirmados. Esta será una marcha multitudinaria que une a las iglesias y a la ciudadanía en un mismo propósito por Honduras”, expresó el pastor Mario Vanegas, uno de los voceros oficiales del evento.
Una manifestación de fe y unidad nacional
La iniciativa ha sido bien recibida por diversos sectores. Desde la sociedad civil, el expresidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), Juan Ferrera, destacó el evento como un acto ejemplar de participación cívica: “Si pensamos en el concepto de participación, esta caminata eleva el interés colectivo. Lo hacemos por el bien común, por la generalidad de la gente”, manifestó Ferrera.
El analista político Luis Maldonado Galeas también se pronunció, subrayando que el 16 de agosto debe ser un día de unión y civismo: “La única bandera que debe ondear ese día es la de Honduras, sostenida por la fe ciudadana y la conducta cívica”, puntualizó.
Voz ciudadana y compromiso espiritual
Diversos feligreses entrevistados por medios locales coincidieron en que la caminata representa una expresión sincera de amor por Dios y por la patria. En un contexto marcado por la polarización política y los desafíos sociales, este gesto colectivo busca sembrar paz y construir esperanza.
La Conferencia Episcopal de Honduras reiteró su llamado a la ciudadanía para sumarse de forma pacífica, ordenada y sin confrontación. “Es un momento para levantar la voz en silencio y en paz, por un anhelo compartido: una democracia firme, una paz duradera y una nación reconciliada”, concluyen los líderes de las iglesias católica y evangélica. Redacción Ruth Corrales