Lago de Yojoa, Honduras.- Con paso lento, dolor visible y la fe intacta, el padre Leopoldo Serrano alcanzó este miércoles su sexto día de caminata por el diálogo y la paz entre los políticos hondureños, un recorrido que inició a las 5:00 de la mañana y que lo llevó a atravesar la zona del Lago de Yojoa, entre Comayagua, Cortés y Santa Bárbara.
El sacerdote, conocido como “padre Leo” en el occidente del país, confesó que el sacrificio físico es grande: camina sobre la CA-5 con llagas en las plantas de los pies y a punto de perder algunas uñas. Aun así, no detiene su paso y reitera su llamado a los candidatos presidenciales que competirán en las elecciones del 30 de noviembre: “Escríbanme para que nos podamos reunir. Este es un momento de preocupación. No es posible, hermanos, estoy dando mi vida por este país para que los candidatos se sienten a discutir y no solo temas políticos”.
Pidió especialmente que en las campañas se eviten los insultos y la siembra de odio, recordando que “cuando se siembra odio, se cosecha odio”, y que la confrontación política termina dividiendo a todo el país. “Yo no estoy aquí para que me admiren, sino para que con el dolor de mi cuerpo y de mis pies, ese dolor llegue a todos y pueda convertir el corazón de los hondureños”, afirmó.
Durante la jornada, el padre Leo enfrentó el reto de la Cuesta del Carrizal, una dura pendiente que ya había superado en su primera caminata de este año. En el camino, recibió muestras de apoyo de agentes policiales y jóvenes evangélicos que le pidieron orar y bendecirlos.
El sacerdote reconoció que las críticas a su esfuerzo son como “una piedra más en el zapato”, pero aseguró que seguirá adelante: “Aunque duela, continuaré mi recorrido. Oren por mí”. Redacción Ruth Corrales