Tegucigalpa, Honduras.- El Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) expresó preocupación por la alta dependencia de las remesas en la economía hondureña. El gerente de Política Económica, Santiago Herrera, advirtió que el 40% de las 3.2 millones de familias que reciben remesas dependen únicamente de ese ingreso, lo que representa un riesgo social y económico.
Herrera señaló que esta situación se vuelve más delicada ante la posibilidad de que migrantes hondureños con Estatus de Protección Temporal (TPS) en Estados Unidos sean retornados. “¿Qué va a pasar con las familias que dependen de un paisano amparado en el TPS y se lo devuelven? Vivirán un tiempo con los ahorros, pero después, ¿qué ocurrirá si el país no genera suficientes oportunidades?”, cuestionó.
Las remesas enviadas desde Estados Unidos son actualmente la principal fuente de divisas para Honduras. De acuerdo con datos del Banco Central de Honduras (BCH), en los primeros siete meses de 2025 los ingresos superaron los 1,374 millones de dólares, dentro de los 5,520 millones reportados en 2024.
Aunque los hondureños bajo TPS representan solo el 3% del total de remesas, el impacto social es profundo. “Para esas familias que pierden su única fuente de ingresos, la situación puede ser devastadora”, subrayó Herrera.
El directivo también destacó que cada año 150 mil hondureños ingresan al mercado laboral, cifra que podría aumentar con el eventual retorno de connacionales desde Estados Unidos, lo que agravaría la falta de oportunidades de empleo.
Ante este panorama, el Cohep insistió en que el ahorro y la inversión nacional no bastan, y que es urgente atraer inversión extranjera para generar empleo. Sin embargo, advirtió que el clima de incertidumbre por el proceso electoral y las altas tasas de interés fijadas por el BCH han frenado el crédito y la inversión empresarial, limitando la creación de nuevas fuentes de trabajo.
“Todo el mundo está como en pausa. Nadie invierte, nadie genera más producción y, por ende, no se crean los empleos que el país necesita”, concluyó Herrera, reiterando que la suspensión del TPS podría dejar a 55 mil familias hondureñas sin sustento. Redacción Laura Valladares