Tegucigalpa, Honduras.- En una contundente declaración, la directora del Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), Gabriela Castellanos, advirtió este lunes que el proceso electoral que se avecina está marcado por condiciones que ningún país democrático debería tolerar. Castellanos señaló que las elecciones están «ensartadas en un sombrero», aludiendo a un proceso bajo el estado de excepción que ha sido ampliado recientemente por el Poder Ejecutivo.
A solo 18 días de los comicios, la medida, que desde diciembre de 2022 se convirtió en una norma, continúa restringiendo derechos fundamentales, convirtiéndose en una «anestesia legal» que afecta el sistema democrático del país. Castellanos criticó fuertemente la extensión de esta medida, que originalmente fue implementada con la justificación de combatir el narcotráfico, homicidios y la extorsión. Sin embargo, según la directora del CNA, esta excusa se ha vuelto débil y no ha mostrado mejoras sustanciales en la vida de los ciudadanos.
«La justificación del estado de excepción es la misma de siempre, pero el problema es que ya no es una medida temporal. Se ha convertido en la norma y esto es incompatible con una democracia verdadera», expresó Castellanos.
La directora del CNA subrayó que este régimen excepcional es utilizado como una herramienta para mantener el control social y político, describiéndolo como una «máscara perfecta del socialismo periférico», que busca domesticar a los sectores vulnerables mientras las élites de izquierda consolidan su poder. Para Castellanos, la llamada “fiesta democrática” que se celebrará bajo estas condiciones es una farsa, donde los ciudadanos votan pero no tienen poder real sobre sus decisiones, ya que sus libertades están limitadas por un aparato estatal que los vigila constantemente.
Castellanos también enfatizó que las organizaciones de derechos humanos y colectivos ciudadanos han advertido sobre los peligros de celebrar elecciones en un clima de represión. Según la directora, el gobierno ha optado por naturalizar lo excepcional, convirtiendo lo que debería ser una medida transitoria en una norma permanente.
«Honduras no necesita más prórrogas de excepcionalidad; necesita un Estado capaz de garantizar derechos sin suspenderlos«, concluyó Castellanos, haciendo un llamado urgente para que el país recupere sus libertades fundamentales y renuncie a la lógica del control y la represión.
Para Castellanos, las elecciones bajo estas condiciones no son un ejercicio de democracia, sino un ritual para dar apariencia de legitimidad a un régimen autoritario. «Ir a votar con libertades mutiladas es solo un juego de apariencias», cerró diciendo. Redacción Wendoly V.V.
