Tegucigalpa, Honduras.- La Directora del Observatorio de la Violencia de la UNAH (OV-UNAH), René Ayestas, advirtió este domingo sobre el alarmante aumento de crímenes violentos contra las mujeres en Honduras. Según los últimos reportes, ya son 112 mujeres las que han perdido la vida de manera violenta, muchos de estos crímenes perpetrados por personas del entorno cercano de las víctimas.

El Observatorio de la Violencia también destacó que el fenómeno de las muertes múltiples (masacres) se ha incrementado, con 64 víctimas este año, lo que representa un aumento significativo en comparación con el año pasado, donde solo se reportaron 14 escenas de muertes múltiples en el mismo periodo. Ayestas también señaló que las víctimas de estas masacres han aumentado en 15 en comparación con 2023, cuando fueron 49 víctimas.

“Honduras está naturalizando la violencia. Nos hemos acostumbrado a la idea de que la gente se mata”, lamentó Ayestas, quien destacó que este fenómeno se ha vuelto parte de la cotidianidad en un país que aún no ha encontrado las estrategias eficaces para frenar estos crímenes. Aunque en términos generales se ha registrado una leve disminución de homicidios, la sensación de inseguridad sigue siendo muy alta entre la población, que percibe a más del 90% del territorio como un lugar inseguro.

La académica subrayó que una gran parte de las víctimas de homicidios son asesinadas por personas cercanas, ya sea familiares o miembros de su círculo social, lo que refleja una alarmante deshumanización de la violencia.

¿Por qué el Estado no interviene de manera efectiva?

Ayestas no dudó en señalar la insuficiencia de respuesta institucional y la falta de una política integral de seguridad pública. La impunidad es uno de los factores más preocupantes, ya que muchas muertes siguen sin ser investigadas y los responsables de los crímenes no enfrentan castigos. Según la experta, muchos hondureños viven con la incertidumbre de no saber quién mató a sus seres queridos ni por qué.

«El Estado debe fortalecer su integridad territorial», señaló Ayestas, haciendo un llamado a que las fuerzas de seguridad nacionales se coordinen para frenar la violencia vinculada al narcotráfico y las bandas criminales que continúan actuando sin control. Además, la experta destacó que la estrategia para abordar el crimen debe involucrar a todas las instituciones del Estado, no solo a las fuerzas policiales, sino también a las Secretarías de Salud y Educación, así como a iglesias y organizaciones comunitarias, para prevenir la violencia en sus diferentes formas.

La violencia estructural, sumada a la falta de educación y salud preventiva, genera un ciclo de violencia que afecta especialmente a las mujeres. Ayestas hizo hincapié en que las mujeres deben ser una prioridad en las políticas públicas, especialmente porque las formas de asesinato que se reportan contra ellas son cada vez más crueles y despiadadas.

Llamado urgente:
El Observatorio de la Violencia insiste en que el Estado debe intervenir de manera urgente para detener la espiral de violencia y prevenir más crímenes. Para ello, es indispensable la coordinación entre agencias gubernamentales y el fortalecimiento de políticas integrales que no solo se centren en la represión, sino también en la prevención.

El futuro de las mujeres en Honduras depende de un cambio profundo en la manera en que se enfrenta la violencia y en la respuesta del Estado ante una crisis humanitaria que no debe seguir siendo ignorada. Redacción Wendoly V.V.

¡DIOS BENDIGA A HONDURAS!