Tegucigalpa, Honduras.- Dos valientes defensores de los bosques en Santa Bárbara, en el occidente de Honduras, se han visto obligados a denunciar amenazas de muerte debido a su incansable labor en defensa del medioambiente. Arnulfo Toro y su compañero, un dirigente ambientalista, compartieron que han recibido amenazas directas que ponen en peligro sus vidas. Según el relato de uno de los líderes, “a Arnulfo le dijeron que junto con mi cabeza, la suya iba a rodar”, expresó con gran preocupación.
A pesar de que Honduras cuenta con un Mecanismo de Protección para defensores de derechos humanos, los líderes denuncian que la promesa de seguridad sigue sin cumplirse. “Nos hicieron una promesa, pero hasta ahora no hemos recibido protección”, lamentó uno de los afectados. Este aumento de amenazas se enmarca en un contexto más amplio de violencia contra defensores de derechos humanos en el país. En las últimas semanas, otras figuras comprometidas con la defensa de los derechos humanos, como la dirigente garífuna Miriam Miranda, también han sido blanco de amenazas similares.
El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh) ha revelado que, desde 2020 hasta la fecha, al menos 65 defensores de derechos humanos han sido asesinados en Honduras, y el 95% de estos crímenes aún permanecen impunes, lo que refleja la gravedad de la situación. En este contexto, las amenazas a ambientalistas en Santa Bárbara no son un caso aislado, sino parte de una tendencia alarmante que pone en riesgo a quienes luchan por la justicia ambiental y social.
Es urgente que las autoridades garanticen protección efectiva a quienes defienden el medioambiente y los derechos humanos en Honduras. La comunidad internacional también debe exigir que se respete la vida de los defensores y se tomen medidas concretas para erradicar la impunidad que perpetúa estos crímenes. Redacción Martha C.C.