El jurado encargado de juzgar al expresidente, Juan Orlando Hernández, solicitó una extensión en el plazo para emitir su veredicto después de seis horas de deliberaciones este jueves. La demora en la resolución ha generado incertidumbre tanto en la defensa, los familiares y seguidores del exmandatario, como en la fiscalía y los críticos políticos tanto en Honduras como en Estados Unidos. Todos aguardan con nerviosismo la decisión que tomen los 12 miembros del jurado.
Como las partes presentaron sus argumentos finales el miércoles por la tarde, se esperaba que el jurado llegara a un consenso el día de ayer. Sin embargo, a las 4:30 p.m., hora de Nueva York, los jueces anunciaron que aún no habían alcanzado un acuerdo. Inner City Press, que ha estado proporcionando una cobertura minuto a minuto del juicio desde su inicio hace 13 días, reportó que el jurado envió una nota declarando que habían progresado, pero que requerían más tiempo.
Esta prolongación en el proceso ha suscitado especulaciones entre los partidarios de Hernández, quienes interpretan que podría haber desacuerdo entre los miembros del jurado. En caso de discrepancia y con un solo voto en discordia, podría abrirse la posibilidad de repetir el juicio o que el juez lo anule, lo que resultaría en la liberación del acusado. Por otro lado, los críticos creen que es solo cuestión de tiempo antes de que se dicte un veredicto de culpabilidad. Algunos extremistas, entre los opositores a JOH, han expresado su deseo de que el veredicto se anuncie este viernes, planificando celebraciones con bebidas alcohólicas en caso de un resultado desfavorable para el exmandatario.
La audiencia del caso, que incluye tanto a expertos legales como a profanos en la materia, también ha expresado diversas opiniones. Algunos consideran que el jurado podría estar cuestionando la escasez de pruebas tangibles, como fotografías y testimonios de asesinos confesos presentados por la fiscalía. Sin embargo, aquellos familiarizados con el sistema legal anglosajón sostienen que estas pruebas son suficientes para fundamentar un fallo condenatorio.
CONFESIONES Y ALEGATOS
El proceso judicial iniciado el 22 de febrero acusa al líder nacionalista de conspiración para traficar cocaína y uso de armas destructivas para proteger los cargamentos de droga que pasaban por Honduras. Cualquiera de estas acusaciones podría acarrear una condena de cadena perpetua en caso de ser hallado culpable.
Durante el juicio, los testimonios se centraron en presentar a Hernández como cómplice de los capos del narcotráfico, quienes, una vez en el poder, intentaron eliminarlos persiguiéndolos con el fin de asesinarlos o extraditarlos. Para evitar estas acciones, decidieron colaborar con la DEA y denunciar su asociación con el expresidente en actividades relacionadas con el narcotráfico, a cambio de beneficios para sus propias causas legales.
En su defensa, el exmandatario argumenta lo contrario, afirmando que estos testigos se están vengando por haberlos perseguido hasta obligarlos a entregarse a las autoridades estadounidenses y confesar en su contra para reducir sus condenas. Además, destacó su política antidrogas, que incluyó la aplicación de la ley de extradición y la confiscación de bienes con el respaldo de Estados Unidos.
El juicio también ha sacado a la luz los aspectos más oscuros del tráfico de drogas en Honduras, incluidos los asesinatos de figuras prominentes como el defensor de los derechos humanos Alfredo Landaverde, el general retirado Arístides González, conocido como el zar antidrogas, y Orlan Chávez, apodado el «Fiscal de Oro». Además, se han evidenciado las traiciones entre los capos del narcotráfico, los sobornos a políticos locales y las guerras entre los carteles rivales. Redacción Bruce Villatoro CEO HonduPrensa.Com