Tegucigalpa, Honduras.- Este miércoles, la socióloga Julieta Castellanos analizó el impacto de la postura adoptada por el gobierno de Honduras hacia Estados Unidos, señalando un claro giro en la diplomacia hondureña tras las elecciones de noviembre de 2024.

Según Castellanos, enero marcó el inicio de un enfoque más rígido y tenso, aunque destacó los antecedentes de una relación complicada, especialmente con la administración Biden, que dificultaron el inicio de un vínculo más constructivo.

Uno de los momentos más críticos para Castellanos fue el polémico desaire de la presidenta Xiomara Castro a la Cumbre de las Américas. En lugar de asistir personalmente, Castro envió a sus hijos y al canciller, lo que fue visto como un desdén hacia la comunidad internacional, especialmente cuando otros líderes latinoamericanos se hicieron presentes. Castellanos subraya que este gesto no pasó desapercibido y reflejó el distanciamiento creciente entre Honduras y las principales potencias democráticas.

En este contexto, Castellanos también señaló que las respuestas «hostiles y confrontativas» del gobierno de Honduras hacia la embajadora Laura Dogu fueron un claro reflejo de los prejuicios ideológicos de la administración de Castro, alineados con el socialismo del siglo XXI. Para la socióloga, este enfoque no solo agravó las relaciones diplomáticas, sino que también evidenció un distanciamiento con los valores democráticos promovidos por Estados Unidos.

Castellanos cuestionó además las aspiraciones del gobierno hondureño de posicionarse como un actor clave en los conflictos ideológicos globales, especialmente en un contexto internacional complejo. “Honduras no tiene los recursos ni la influencia para entrar en esa liga. Nuestros vulnerabilidades nos hacen un país extremadamente frágil”, afirmó. La socióloga advirtió que, con los republicanos nuevamente en el poder, la vigilancia sobre Honduras será aún más rigurosa, ya que figuras como Marco Rubio han recopilado información clave sobre el país que podría influir en las decisiones políticas futuras de Estados Unidos.

Una de las críticas más contundentes de Castellanos se dirigió a los funcionarios del gobierno hondureño. Según la socióloga, “el gobierno carece de interlocutores efectivos para el diálogo y la planificación estratégica. Solo tiene funcionarios para atacar y descalificar, lo cual no ayuda en momentos tan críticos como este.” Además, apuntó que esta falta de capacidad operativa ha facilitado que la administración de Estados Unidos obtenga información detallada sobre Honduras, lo que podría resultar en decisiones estratégicas negativas para el país.

En cuanto a los desafíos económicos de Honduras, Castellanos destacó la dependencia extrema de las remesas, que representan más del 25% del PIB, y la falta de éxito en diversificar sus alianzas comerciales, especialmente con China. “Ni siquiera los camarones del Golfo de Fonseca están comprando. La incapacidad de avanzar en proyectos simples como la fabricación de placas de vehículos es alarmante”, subrayó Castellanos, poniendo en evidencia los fallos estructurales del país.

Para concluir, la socióloga anticipó que la situación actual de Honduras será un tema clave en las próximas campañas electorales. A medida que el gobierno facilita el camino para que Estados Unidos tome decisiones críticas, será fundamental observar si la administración de Castro aprende de sus errores o sigue insistiendo en una estrategia basada en la confrontación. La relación con Estados Unidos seguirá siendo un aspecto crucial para el futuro de Honduras. Redacción Martha C.C.

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