California, EE.UU. – La Corte de Apelaciones del Noveno Circuito de California ha decidido revocar la liberación de Juan Ramón Matta Ballesteros, un ciudadano hondureño de 80 años, quien continuará recluido en una prisión estadounidense tras cumplir 37 años de condena por delitos de narcotráfico. La corte tomó esta decisión tras invalidar la orden de excarcelación emitida en mayo de este año, que había dado la posibilidad de su liberación por motivos de salud y edad.

Matta Ballesteros, conocido por su vinculación con el tráfico internacional de drogas en los años 80, había sido condenado a cadena perpetua y extraditado a EE. UU. en la década de 1980. La corte superior de California determinó que, a pesar de su avanzado estado de salud y la solicitud de liberación, el hondureño debe seguir cumpliendo su pena por los crímenes cometidos, particularmente relacionados con el narcotráfico.

Implicaciones de la decisión judicial

El revocar la liberación de Matta Ballesteros mantiene vigente la condena que le fue impuesta por su implicación en redes de narcotráfico y por su presunta relación con el asesinato del agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena, un crimen ocurrido en 1985 que marcó un hito en la lucha contra el narcotráfico en América Latina. Aunque siempre ha negado su participación en el asesinato, su vinculación con los carteles de drogas lo convirtió en uno de los criminales más conocidos de la región en esa época.

La decisión judicial subraya el compromiso de las autoridades estadounidenses de no ceder ante las peticiones de excarcelación por razones de edad o salud cuando se trata de individuos involucrados en crímenes de narcotráfico de gran magnitud.

El futuro de Matta Ballesteros

A pesar de su edad y salud deteriorada, Matta Ballesteros deberá enfrentar el resto de su condena en prisión, lo que ha generado diversas opiniones en los círculos jurídicos y políticos. Algunos argumentan que la justicia estadounidense está enviando un mensaje claro sobre su política de cero tolerancia hacia el narcotráfico, mientras que otros sostienen que la salud del condenado debería ser tomada más en cuenta. Redacción Ruth Corrales.

¡DIOS BENDIGA A HONDURAS!