A los 37 años, Rafael Nadal está otra vez en el ruedo. Luego de un año casi sin actividad por los problemas físicos (su último partido había sido en la segunda ronda del Australian Open 2023, con derrota ante el estadounidense Mackenzie McDonald por 6-4, 6-4, 7-5), su primer desafío fue en dobles junto a Marc López: cayeron frente a la pareja australiana formada por Thompson y Purcell por un doble 6-4 en el ATP de Brisbane. No obstante, este martes el astro ibérico retornará en singles ante Dominic Thiem.
En ese contexto, en una entrevista con el diario El País, el mallorquín sorprendió al hablar de su rivalidad con los otros integrantes del Big Three: Roger Federer, ya retirado, Y Novak Djokovic, actual N° 1 del mundo y máximo ganador de Grand Slams (24).
“Yo para jugar contra Federer tenía una táctica muy marcada. Él sabía lo que yo iba a buscar, yo sabía que intentaría defenderse. Era una partida de ajedrez. Y cuando te equivocabas, lo sabías”, describió. En cambio, sobre Nole remarcó: “Ha potenciado muchísimo sus virtudes, pero no ha adaptado su juego de manera radical. Con Djokovic no hay ese nivel de estrategia en los partidos que había con Federer. Hay que jugar a un nivel muy alto y durante mucho tiempo para ganarle. Es diferente. Me ha emocionado más ver jugar a Federer que a Djokovic, y al final el tenis es emoción y la emoción es la que te arrastra a él”.
Así, desde el punto de vista estético y de lo que generaba desde el court, hizo una marcada diferenciación y subió al pedestal a Roger, en otro capítulo de las indirectas con altura que han sabido lanzarse con Novak en el último tiempo.
“Creo que él tiene unos números mejores que los míos y eso es indiscutible. A mí no se me cae ningún anillo ni tengo un ego tan grande como para intentar maquillar una realidad que no es. Con respecto a títulos, Djokovic es el mejor de la historia y en eso no hay nada que discutir. Después, como siempre, cada uno puede combinar la historia a su antojo, decir que yo he sufrido muchas lesiones. Mala suerte para mí o mala suerte que haya tenido el cuerpo de esta manera. Él ha tenido otro y de alguna forma eso también es parte del deporte”, había prologado su discurso el español en una entrevista con Movistar+, que dio paso a los dardos.
“No siento nada cuando lo veo ganar un Grand Slam. Me hubiera gustado ser el tenista con más Grand Slams de la historia, sin ninguna duda. De esto se trata el deporte, de intentar ser lo mejor posible. Pero no ha sido una obsesión, no me frustra. Creo que Novak, en ese sentido, lo vive de una manera más intensa de lo que lo he vivido yo. Para él sí hubiera sido una frustración más grande no conseguirlo. Y a lo mejor por eso lo ha conseguido, ha llevado la ambición al máximo. Yo he sido ambicioso, pero con una ambición sana que me ha permitido ver las cosas con perspectiva”, fue la reflexión que no le gustó a Djokovic, que semanas después le respondió.
“Es la opinión de Rafa. Por supuesto, no estoy de acuerdo. Tengo mi propia opinión, pero no la compartiré, no quiero entrar en profundidad en este tema. No hay ninguna necesidad”, devolvió. Pero en notas posteriores subió la apuesta.
“Voy por todos los récords posibles. Nunca tuve problema en decirlo y es la razón por la cual no le agrado a la gente. No pretendo, como ciertas personas, decir que no es mi objetivo y después comportarme diferente. Siempre traté de estar en línea con lo que creo”, golpeó el serbio tras ganar el último Masters 1000 de París. Pues bien, Rafa acaba de escribir un nuevo capítulo en la otra batalla, la dialéctica, a la espera de que vuelvan a enfrentarse con la raqueta.