El Vaticano ganó 62,2 millones de euros en 2024, un 35% más que el año anterior, gracias a sus propiedades financieras e inmobiliarias, con más de 5.400 inmuebles en todo el mundo, según el balance publicado este lunes por la Administración del Patrimonio de la Santa Sede (APSA).

En total, se trata de 4.234 inmuebles en Italia, de los cuales el 92% se localizan en Roma y sus alrededores, mientras que otras 1.200 propiedades inmobiliarias están en el extranjero, incluidas ciudades como París, Ginebra, Lausana y Londres.

Los beneficios de 62,2 millones de euros suponen 16,3 millones más que en 2023 y de ellos 38,1 millones de euros provinieron de inversiones, según el informe, en el que se afirma que el Vaticano activa su cartera «con el objetivo de diversificar las inversiones y distribuir el riesgo».

Además, se explica que la APSA transfirió 46,09 millones de euros para su uso en el presupuesto general del Vaticano como contribución extraordinaria para cubrir las necesidades financieras de la Santa Sede y el déficit de la Curia romana, los diferentes organismos que componen el Gobierno de la Iglesia católica.

«Uno de los mejores balances de los últimos años”, dijo a los medios vaticanos el arzobispo Giordano Piccinotti, presidente de la Apsa, el organismo que se ocupa de la gestión del patrimonio económico de la Santa Sede.

Según el balance de las cuentas del Vaticano de 2023, que adelantó el diario italiano ‘La Repubblica’ y que aún no ha sido publicado oficialmente, el déficit operativo de la Santa Sede fue de 83 millones de euros, cinco millones más que el año anterior y podría aumentar en los próximos años, ya que las donaciones de los fieles a medio plazo están disminuyendo.

En junio pasado, un mes después de la elección de León XIV como nuevo pontífice, el 8 de mayo, el Vaticano lanzó una campaña de comunicación para recoger donaciones para el ‘Óbolo de San Pedro’, que se ocupa de financiar las obras de caridad del papa, ante la bajada de ingresos de los últimos años.

En una de sus últimas decisiones, el papa Francisco instituyó una comisión cuya tarea específica es fomentar las donaciones con campañas especiales para paliar la reducción de las aportaciones de los fieles y benefactores en los últimos años.

La APSA, fundada por el papa Pablo VI en 1967, administra y gestionar los bienes así como las inversiones financieras del Vaticano, además de proporcionar los recursos necesarios para la Curia Romana, el sostenimiento del Santo Padre y las actividades de la Iglesia en general. Con información de EFE

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