Espionaje político sacude proceso electoral en HondurasEspionaje político sacude proceso electoral en Honduras

Tegucigalpa, Honduras | HonduPrensa.Com – A cinco semanas de los comicios generales, el clima político hondureño atraviesa su momento más tenso. Denuncias de espionaje, interceptaciones ilegales y posible sabotaje electoral han desatado una tormenta política que pone en duda la integridad del proceso democrático.

La controversia estalló cuando el consejero del Consejo Nacional Electoral (CNE), Marlon Ochoa, reveló poseer una memoria USB con 24 audios privados, en los cuales, según su versión, se revelan conversaciones entre una consejera del CNE y un jefe de bancada de un partido tradicional, discutiendo supuestas estrategias para desacreditar los resultados electorales. Ochoa aseguró que las grabaciones evidencian un plan para generar una crisis poselectoral y socavar la legitimidad de las elecciones del 30 de noviembre.

Sin embargo, el impacto de sus declaraciones no solo se centra en el contenido de los audios, sino en la forma en que fueron obtenidos. Expertos en derecho y analistas políticos advierten que, si las grabaciones no cuentan con una orden judicial, se trataría de un caso flagrante de espionaje político, una práctica prohibida por la Constitución y penada por las leyes hondureñas.

“Estamos ante una situación extremadamente grave. Si un consejero electoral obtiene y divulga conversaciones privadas, no solo se viola la privacidad de las personas, sino que se rompe la confianza institucional del árbitro electoral”, manifestó un analista consultado por HonduPrensa.Com, quien además subrayó que “esto puede derivar en un escenario de ingobernabilidad”.

La denuncia fue presentada ante el Ministerio Público, que confirmó haber recibido la evidencia y haber iniciado una investigación preliminar. No obstante, distintas voces han exigido que también se investigue la procedencia de las grabaciones y el posible uso de equipos de vigilancia o interceptación dentro del propio CNE, lo que configuraría un escándalo de espionaje político sin precedentes en Honduras.

A la par, surge otra polémica que agrava las tensiones: la solicitud presentada por el partido Libre, encabezado por el exmandatario Manuel Zelaya Rosales, para obtener acceso directo a los sistemas tecnológicos del proceso electoral. Entre los requerimientos figuran permisos para monitorear el Centro de Operaciones de Red (NOC), acceder a los registros de transmisión de compañías celulares, revisar los diseños de bases de datos lógicas y físicas, y auditar el software de encriptación y desencriptación de las actas.

Especialistas en ciberseguridad advierten que conceder ese acceso sería abrir una brecha peligrosa, pues permitiría la manipulación o filtración de información crítica. “Esa solicitud, en manos de un partido político, rompe el principio de neutralidad tecnológica del proceso. Es como entregar las llaves del sistema electoral a uno de los competidores”, afirmó un experto consultado.

La Red por la Defensa de la Democracia (RDD) advirtió que estas acciones combinadas —las escuchas ilegales y la búsqueda de control tecnológico— representan una amenaza directa a la transparencia y legitimidad electoral, al permitir que actores políticos influyan en el corazón del sistema informático del CNE.

El organismo recordó que Honduras ha vivido crisis poselectorales profundas, como la de 2017, que dejaron fracturas institucionales y desconfianza en la población. “Si el árbitro electoral se convierte en juez y parte, el país podría enfrentar una nueva crisis política de consecuencias imprevisibles”, advirtió la RDD.

El ambiente electoral se ha tornado explosivo. La confianza en el CNE se erosiona día a día, mientras crecen las denuncias de manipulación, vigilancia y uso político de la información confidencial. La ciudadanía observa con creciente preocupación cómo el proceso que debía unir a la nación parece encaminarse hacia una peligrosa confrontación institucional.

Los analistas coinciden: Honduras se aproxima a unas elecciones marcadas por la desconfianza, el espionaje y la guerra digital, donde las urnas podrían dejar de ser un reflejo de la voluntad popular y convertirse en el epicentro de una crisis democrática. Redacción Bruce Villatoro CEO HonduPrensa.Com

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