Tegucigalpa, Honduras.- La directora del Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), Gabriela Castellanos, hizo una profunda reflexión sobre el Premio Nobel de la Paz otorgado a la opositora venezolana María Corina Machado, un galardón que, según Castellanos, no solo honra la lucha de Machado, sino que también cuestiona las injusticias y los regímenes autoritarios de América Latina. A través de sus redes sociales, Castellanos destacó el valor simbólico de este premio, subrayando que no es una victoria sino una denuncia contra la violencia institucionalizada que sufren los pueblos latinoamericanos.

“¿Por qué una mujer?, ¿Por qué América Latina?, ¿Por qué Venezuela?, ¿Por qué el Premio Nobel de la Paz?. Porque en los tiempos en que los tiranos se disfrazan de demócratas y los pueblos aprenden a sobrevivir del silencio, la voz que se alza con dignidad suele tener rostro de mujer”, escribió Castellanos en su mensaje. Su reflexión apunta a la realidad de un continente que sigue luchando por la democracia en medio de desigualdades y esperanzas frustradas.

Castellanos señaló que el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela se presenta como un defensor del pueblo, pero en la práctica ha sometido a la población a una existencia indignante. Según Castellanos, Maduro ha convertido su «revolución» en un “ministerio del cinismo” donde el socialismo se utiliza como una máscara para ocultar la desigualdad, y la paz se convierte en un simple trámite de cara a la comunidad internacional.

El Premio Nobel a María Corina Machado no es solo un reconocimiento a su coraje y lucha, sino que, para Castellanos, es también un “espejo” que Europa sostiene ante América Latina para recordar que la democracia no se mide por discursos políticos, sino por el derecho fundamental de los ciudadanos a disentir sin temor.

«Este Nobel también es un espejo incómodo para América Latina, una región que aplaude dictadores de izquierda con el mismo fervor con que denuncia dictadores de derecha», afirmó Castellanos. En su mensaje, hizo un llamado a la región para reflexionar sobre los derechos humanos, subrayando que la libertad no tiene ideología, el hambre no distingue colores partidarios, y que las víctimas del sistema no responden a intereses políticos.

Con esta poderosa reflexión, Castellanos no solo homenajea a una mujer luchadora, sino que también invita a la reflexión profunda sobre los desafíos políticos que enfrenta América Latina, un continente aún marcado por la polarización ideológica y la falta de justicia. Redacción Martha C.C.

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