Tegucigalpa, Honduras.- El gobierno hondureño, a través de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente, ha dado luz verde a la licencia ambiental para la construcción de una megacárcel en las Islas del Cisne, ubicadas a 250 kilómetros de las Islas de la Bahía. El anuncio fue realizado por el ministro del Ambiente, Lucky Medina, quien destacó la participación de 40 profesionales certificados en la toma de esta importante decisión.
«Aprobamos Licencia Ambiental ‘Cárcel de Máxima Seguridad en Islas del Cisne’,» publicó Medina en su red social X, resaltando la relevancia de este proyecto para la seguridad nacional.
Para preservar el ecosistema del Caribe hondureño, el proyecto incluye la creación de un Centro de Monitoreo Biológico, garantizando así el equilibrio entre el desarrollo y la conservación ambiental. Esta aprobación marca el inicio de la primera fase del proyecto, que contempla estudios biológicos, marino-costeros y la recopilación de datos científicos exhaustivos.
La segunda fase se centrará en la infraestructura, incorporando una granja solar para la generación de energía renovable y plantas de tratamiento de aguas residuales, minimizando el impacto en la vegetación local.
La megacárcel tendrá capacidad para albergar a unos dos mil reclusos, y se espera que la inversión ascienda a 80 millones de dólares (aproximadamente dos mil millones de lempiras). La instrucción es clara: el penal debe estar listo lo antes posible para recibir a hampones y personajes corruptos.
Las Islas del Cisne son un grupo de tres islas: Cisne Grande, Cisne Pequeño y Cayo Pájaro Bobo, que carecen de comunicaciones regulares con el continente y se encuentran bajo la custodia de la Fuerza Naval de Honduras desde su declaratoria como territorio hondureño en 1982. Esta área es una de las 39 áreas protegidas prioritarias del país debido a su biodiversidad y ecosistemas únicos.
El gobierno asegura que, a pesar de la construcción de la cárcel, se mantendrán los esfuerzos para proteger el hábitat natural de la zona, especialmente el arrecife parchado y la población de pájaro bobo.
La Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente continuará supervisando el progreso del proyecto, asegurando que todas las medidas de protección ambiental se implementen adecuadamente para salvaguardar uno de los tesoros ecológicos más valiosos de Honduras. Redacción Martha C.C.