Tegucigalpa, Honduras.- En un nuevo episodio de confrontación política, Héctor Manuel Zelaya, secretario privado de la Presidencia de la República, respondió con firmeza, altura y referencias culturales a las recientes acusaciones del diputado liberal Jorge Cálix, quien lo calificó públicamente como un “mantenido” y cuestionó su experiencia profesional.
La respuesta de Zelaya llegó a través de su cuenta oficial en la red social X, donde compartió imágenes de distintas credenciales laborales como testimonio de su trayectoria, y acompañó la publicación con un mensaje profundo que reivindica el valor del trabajo en su dimensión humana y social:
“El trabajo no solo es una fuente de ingresos, es una escuela… uno empieza trabajando para alguien más, luego lo haces por tu familia y, con el tiempo, por tu comunidad, por tu ciudad y por tu país. Nunca he dejado de trabajar, solo ha cambiado mi misión”, expresó.
Con un lenguaje sereno pero cargado de convicción, Zelaya subrayó que actualmente ejerce su labor con la misma entrega de siempre, sin percibir salario alguno, pero impulsado por un sentido de propósito nacional.
En un gesto de sofisticación retórica, citó al insigne poeta hondureño Alfonso Guillén Zelaya, afirmando:
“Lo esencial no está en ser poeta, ni artista, ni filósofo; lo esencial es que cada uno tenga la dignidad de su trabajo, la conciencia de su trabajo, el orgullo de hacer las cosas bien”.
Esta cita elevó la conversación a un plano más reflexivo y cultural, reforzando la idea de que el servicio público, cuando se ejerce con vocación, está por encima de los intereses personales o partidarios.
No obstante, al final de su publicación, el secretario no eludió la controversia y lanzó una frase que ha generado gran eco en la esfera digital:
“Calma tu envidia camaleón”, una expresión directa, simbólica y provocadora que pareciera cerrar con sutileza el debate, devolviendo la crítica sin perder la compostura.
Este cruce mediático entre dos figuras de peso en la política nacional refleja la creciente tensión en el escenario preelectoral hondureño, donde la narrativa ética, el prestigio personal y la credibilidad institucional están en juego. Redacción Ruth Corrales R.