Tegucigalpa, Honduras.- Honduras conmemora hoy el Día del Árbol Nacional en un contexto donde la celebración va más allá del simbolismo: se convierte en una llamada urgente a proteger los bosques ante una crisis ambiental sin precedentes.

El protagonista de esta fecha es el pino (Pinus oocarpa), declarado árbol nacional desde 1928 y símbolo del patrimonio natural hondureño. Sin embargo, su presencia majestuosa en los bosques del país contrasta con una realidad preocupante: la acelerada pérdida de cobertura forestal.

Instituciones públicas, escuelas, universidades y organizaciones privadas se sumaron a la jornada con actividades de reforestación, charlas ecológicas y eventos comunitarios en todo el país. Aunque bien recibidas, ambientalistas advierten que estas acciones no bastan frente a la magnitud de la deforestación provocada por la tala ilegal, incendios forestales y expansión agrícola sin control. “Los árboles no sólo purifican el aire: son nuestra última barrera frente al cambio climático”, afirmó Ana Cruz, vocera de una ONG ambiental.

En un mensaje institucional, las Fuerzas Armadas de Honduras declararon que «defender los bosques es también defender a la patria», destacando su papel en la vigilancia de las reservas naturales y el combate al crimen forestal.

Por su parte, líderes comunitarios instaron al gobierno a reforzar las leyes ambientales, aumentar las sanciones por delitos forestales y fomentar una cultura de conservación desde la infancia.

Este Día del Árbol Nacional no es solo una efeméride: es un grito verde desde los pulmones del país, una fecha que recuerda que el futuro de Honduras depende de su capacidad para proteger y regenerar sus bosques. Redacción Martha C.C.

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