Tegucigalpa, Honduras.- En medio de una crisis sin precedentes, el servicio de diálisis en el Estado de Honduras se ve sacudido por la llegada de Nefrocentro, una empresa sin experiencia previa en el campo. Esta situación ha generado una gran preocupación entre los pacientes renales del país, quienes temen por su vida debido a los altos costos que implica esta nueva modalidad de atención y las condiciones precarias en las que se desarrolla.
Las alarmas se encendieron cuando los pacientes renales expresaron su descontento en las redes sociales, denunciando que están siendo utilizados como «conejillos de indias». La falta de experiencia de Nefrocentro ha quedado patente, con 50 pacientes internados en el Hospital Escuela y 10 en el Mario Catarino, todos ellos sufriendo las consecuencias de insumos de baja calidad y condiciones antihigiénicas.
Los hemocultivos realizados a algunos pacientes revelaron la presencia de la peligrosa bacteria SERRATIA en su sangre, resultado de la mala praxis en el manejo de los catéteres por parte de la nueva empresa de hemodiálisis. Esta situación ha dejado en evidencia el riesgo inminente para la vida de los pacientes renales, quienes se enfrentan a complicaciones cardiovasculares, cerebrales, cerebrovasculares, cardíacas e infecciosas, siendo estas últimas las principales causas de muerte en este grupo.
La continua propagación de la bacteria SERRATIA entre los pacientes renales en Honduras es un claro indicativo de la falta de control y cuidado por parte de Nefrocentro. La situación es crítica y exige una pronta intervención por parte de las autoridades de salud para proteger la vida de estos pacientes vulnerables. Es imperativo que se tomen medidas urgentes para garantizar la calidad y seguridad en el tratamiento de la insuficiencia renal en el país.