Tegucigalpa, Honduras.- La crisis en la producción de banano en Honduras se intensifica debido a la reducción de áreas productivas y las devastadoras inundaciones. Según Maynor Velásquez, gerente de la Asociación de Productores Bananeros de Honduras, la cosecha actual se ha reducido considerablemente, con rendimientos que oscilan entre dos mil 500 y dos mil 800 cajas por hectárea. Esta disminución ha generado un impacto directo en el mercado, incrementando el precio del banano a niveles alarmantes.

“Lo que nos ha llevado a que hoy en día podamos ver esa situación en el mercado nacional de que un banano, después de que podíamos comprar tres unidades por un lempira, ahora estamos pagando hasta tres lempiras por un banano”, explicó Velásquez. Este aumento de precios ha afectado a las familias hondureñas, que deben ajustar su presupuesto para poder acceder a este producto básico.

El gerente de la asociación destacó que, desde las inundaciones de 2020, se ha trabajado en la búsqueda de alternativas para financiar a los productores que aún permanecen en el sector. Sin embargo, muchas fincas fueron abandonadas o vendidas debido a la imposibilidad de hacer frente a las pérdidas ocasionadas por los fenómenos naturales. “Muchos de los productores, por salvar sus garantías, vendieron sus fincas”, lamentó Velásquez.

La superficie dedicada a la producción de banano ha disminuido drásticamente. De 3 mil 200 hectáreas antes de las tormentas de Eta e Iota, actualmente solo se cultivan unas 700 hectáreas en el país. La Asociación de Productores Bananeros confía en que, con el apoyo adecuado, esta área podría expandirse a mil hectáreas, pero para ello necesitan asegurar fondos que permitan a los productores renovar sus fincas y mejorar los rendimientos.

Históricamente, el país contaba con unos 50 productores que cultivaban alrededor de 10 mil hectáreas a nivel nacional. Sin embargo, después del huracán Mitch en 1998, y las posteriores tormentas, la industria se redujo drásticamente. Hoy en día, la producción de banano se concentra principalmente en San Manuel y Pimienta, en Cortés, así como en la finca Santa Inés en Piletas, Sonaguera, Colón.

A pesar de los esfuerzos realizados, Velásquez señaló que la ayuda gubernamental ha sido insuficiente. La falta de apoyo ha dificultado la recuperación del sector, que se encuentra ante un panorama incierto. La escasez de bananos continúa afectando tanto a los productores como a los consumidores, quienes enfrentan precios elevados y una oferta reducida.

El futuro de la industria bananera en Honduras depende de la implementación de políticas públicas que favorezcan la recuperación de cultivos y la renovación de fincas, aspectos clave para enfrentar la crisis que amenaza con empeorar en los próximos meses. Redacción Laura Valladares.

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