Tegucigalpa, Honduras.- La medianoche del 25 de diciembre marcó el inicio de una tradición hondureña que ilumina el cielo y celebra el nacimiento del niño Jesús, con una explosión de fuegos artificiales y el sonido de la pólvora.

Costumbre que une a las familias

Desde las primeras horas del 24 de diciembre, hogares en Tegucigalpa y otras ciudades del país comenzaron a celebrar la Navidad, lanzando cohetes y luces de colores. Esta costumbre, arraigada en la cultura hondureña, simboliza la alegría y unión familiar que trae esta temporada.

Advertencias que no apagan la tradición

A pesar de las advertencias de médicos y autoridades, los hondureños continúan con la quema de pólvora, lo que genera preocupación, especialmente por los accidentes que afectan a menores de edad. Los expertos reiteran el llamado a evitar riesgos y manejar estos productos con responsabilidad.

La fe y la alegría predominan

A medianoche, los cielos de Honduras se llenaron de espectáculos luminosos, reflejo del espíritu navideño que caracteriza a la población. En cada explosión, se celebra el nacimiento de Jesús y se da la bienvenida a un nuevo ciclo lleno de esperanzas.

Preparativos para Año Nuevo

Con la Navidad concluida, las familias ya se preparan para el recibimiento del Año Nuevo, una fecha que promete más luces y sonidos festivos en todo el país. La pólvora sigue siendo el centro de las celebraciones, a pesar de las prohibiciones y recomendaciones.

El llamado a la prevención

Autoridades y especialistas piden reflexionar sobre el impacto de estas prácticas y priorizar la seguridad de los más vulnerables, recordando que la verdadera esencia de estas fiestas radica en la unión familiar y la fe.

La Navidad hondureña sigue brillando con su particular luz y sonido, reafirmando tradiciones que, aunque controvertidas, llenan de alegría cada rincón del país. Redacción Ruth Corrales R.

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