Tegucigalpa, Honduras.- La Secretaría de Gestión de Riesgos y Contingencias Nacionales (Copeco) confirmó que las intensas lluvias registradas entre el 29 de septiembre y el 20 de octubre de 2025 han dejado un saldo trágico de 16 personas fallecidas y más de 35 mil afectadas en todo el territorio hondureño, según el más reciente informe del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN).

El documento oficial detalla que 35,102 personas resultaron impactadas por los efectos del temporal, 2,831 damnificadas y 466 evacuadas, mientras que 7,883 familias sufrieron algún tipo de daño derivado de las intensas precipitaciones que han golpeado especialmente al Distrito Central.

Las autoridades informaron que 47 personas fueron rescatadas durante operativos de emergencia en zonas de alto riesgo, donde se registraron deslizamientos de tierra, colapsos estructurales y crecidas súbitas de quebradas y ríos. Asimismo, 4 personas resultaron lesionadas, 5 heridas y 2 permanecen desaparecidas, pese a los intensos esfuerzos de los cuerpos de socorro que continúan en las labores de búsqueda.

En cuanto a daños materiales, 3,810 viviendas resultaron afectadas y 89 completamente destruidas, reflejando la magnitud del impacto en los barrios y colonias de distintos municipios, con el Distrito Central entre los más golpeados. Las lluvias también dejaron 91 comunidades incomunicadas, aunque las brigadas de emergencia han logrado rehabilitar 7 tramos viales gracias a los trabajos de limpieza y reparación.

Copeco hizo un llamado a la población para mantener la precaución ante la continuidad de las lluvias, seguir las recomendaciones de las autoridades y evitar zonas de riesgo, ya que los niveles de saturación del suelo siguen siendo altos y podrían provocar nuevos deslizamientos, inundaciones y derrumbes.

La institución reiteró su compromiso de fortalecer la respuesta humanitaria y continuar trabajando junto a los gobiernos locales y equipos de rescate para proteger la vida de los hondureños.

La tragedia climática en Honduras sigue generando preocupación nacional. La combinación de lluvias torrenciales, comunidades aisladas y viviendas destruidas refleja una emergencia que exige acción inmediata y solidaridad colectiva. Redacción Ruth Corrales.

¡DIOS BENDIGA A HONDURAS!