Tegucigalpa, Honduras.- La Conferencia Episcopal de Honduras (CEH) conmemoró este miércoles el 50 aniversario del martirio de Fray Casimiro Cypher y otros 13 feligreses, asesinados el 25 de junio de 1975 en Los Horcones, Olancho, en un hecho que marcó profundamente la historia de la Iglesia Católica en el país.
En un comunicado oficial dirigido a la feligresía de Olancho, al obispo de Juticalpa, monseñor José Bonello, y al clero diocesano, la vida consagrada y fieles laicos, los obispos expresaron su solidaridad, fortaleza espiritual y respeto ante el recuerdo de uno de los capítulos más dolorosos del país.
“Queridos hermanos, con motivo de la celebración de los 50 años del testimonio de vida de Fray Casimiro Cypher, tras su fallecimiento al lado de otros trece miembros de la Iglesia Católica en la comunidad de Santa Clara, Los Horcones de Olancho, la Conferencia Episcopal desea manifestar sus sentimientos de consuelo y solidaridad”, señala el documento.
La masacre, perpetrada por terratenientes y militares en la hacienda Los Horcones, propiedad del ganadero José Manuel Zelaya Ordoñez, cobró la vida de 14 personas:
Fray Casimiro Cypher, Padre Iván Betancourt, Máximo Aguilera, Lincoln Coleman, Bernardo Rivera, Francisco Colindres, Fausto Cruz, Roque Ramón Andrade, Arnulfo Gómez, Ruth Mallorquín, María Elena Bolívar, Óscar Ovidio Ortiz, Alejandro Figueroa y Juan Benito Montoya.
La Iglesia subraya que el sacrificio de estos mártires se convirtió en semilla de fe y perseverancia, dando vida a una diócesis marcada por el compromiso misionero.
“La sangre que derramaron nuestros hermanos se ha convertido en semilla de vida y esperanza. Como dice nuestro Señor: ‘Si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto’ (Jn 12,24)”, expresa el mensaje episcopal.
La CEH también destacó el testimonio de fe del pueblo olanchano, que ha mantenido viva la memoria de sus mártires y ha fortalecido su pastoral como modelo de resistencia cristiana, justicia social y discipulado activo.
Los obispos cerraron su comunicado uniendo sus oraciones a las del pueblo, reafirmando que Cristo vive en el rostro sufriente de sus mártires, pero también en la esperanza de la Resurrección. Redacción Ruth Corrales.
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