Tegucigalpa, Honduras.- El 5 de julio es la fecha clave que definirá el futuro de miles de familias hondureñas que residen en Estados Unidos bajo el Estatus de Protección Temporal (TPS). El presidente Donald Trump podría anunciar una nueva extensión del programa o, por el contrario, suspenderlo, tal como ocurrió recientemente con los más de 520,000 haitianos.

El TPS fue creado para proteger a los migrantes que no pueden regresar a sus países debido a condiciones extraordinarias como guerras o desastres naturales. En el caso de los hondureños, el programa fue otorgado en 1998, tras el devastador paso del huracán Mitch. Sin embargo, con el gobierno de Trump implementando su política de «cero tolerancia» y buscando reducir los beneficios migratorios, el futuro del TPS para los hondureños está cada vez más incierto.

Recientemente, el Departamento de Seguridad Interior de EE.UU. anunció el fin del TPS para los ciudadanos de Haití, lo que ha aumentado los temores entre los hondureños de perder su estatus. Esta medida, que entraría en vigor el 2 de septiembre, ha encendido las alarmas de otros grupos que viven bajo el mismo programa, especialmente después de un fallo en la Corte Suprema que permitió la eliminación del TPS para los venezolanos.

El fin del TPS no solo afecta a casi 55,000 hondureños que viven en EE.UU. desde hace décadas, sino que también podría romper muchas familias que dependen de este estatus legal para vivir y trabajar en el país. Además, el miedo de ser deportados se suma a las dificultades económicas y sociales que enfrentan estos migrantes.

La pregunta ahora es si Trump extenderá el programa o si, por el contrario, procederá con su cancelación. El tiempo apremia, y la comunidad migrante se encuentra a la espera de una decisión trascendental. Redacción Martha C.C.

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