Tegucigalpa, Honduras.- El expresidente hondureño Juan Orlando Hernández (JOH), condenado en los Estados Unidos por su vinculación con delitos de narcotráfico, fue trasladado recientemente a la Penitenciaría de los Estados Unidos en Hazelton (USP Hazelton), una cárcel de máxima seguridad ubicada en el estado de Virginia Occidental. Este centro penitenciario es conocido por albergar a criminales de alto perfil, incluidos exlíderes de carteles de la droga y miembros de mafias internacionales, lo que eleva el nivel de seguridad y peligro para Hernández.

El traslado de JOH se realiza 47 días antes de que venza el plazo para presentar su apelación contra la condena de 45 años de prisión y 5 años de libertad condicional impuesta por su implicación en actividades ilícitas. Desde su extradición en abril de 2022, el exmandatario ha sido trasladado en tres ocasiones entre diferentes penitenciarías federales. Su último traslado a USP Hazelton marca una fase aún más tensa en su proceso judicial.

Hernández estuvo recluido inicialmente en MDC Brooklyn (Nueva York) desde su extradición hasta enero de 2025, en un ambiente de alta seguridad. Luego fue trasladado a FCI Lewisburg (Pensilvania), una prisión de mediana seguridad. Ahora, con su llegada a USP Hazelton, se enfrenta a un entorno mucho más severo, caracterizado por la presencia de algunos de los delincuentes más peligrosos de la región. Las autoridades penitenciarias decidieron reubicarlo antes de la fecha límite para su apelación, a pesar de que su defensa había solicitado que permaneciera en MDC Brooklyn hasta el 31 de marzo de 2025.

El traslado anticipado de Hernández a esta prisión de máxima seguridad está relacionado con una serie de consideraciones logísticas y de seguridad. Aunque el juez Kevin Castel había recomendado que se le permitiera permanecer en Brooklyn hasta la fecha de su apelación, las autoridades de la Agencia Federal de Prisiones (BOP) optaron por moverlo a un centro de mayor seguridad. Este cambio de escenario subraya la gravedad de los cargos en su contra y las implicaciones de su condena.

A medida que se acerca la fecha para la resolución de su apelación, Juan Orlando Hernández se enfrenta a la dura realidad de su encarcelamiento en USP Hazelton. En este nuevo entorno, donde se encuentran reclusos con antecedentes de gran violencia, el expresidente hondureño deberá esperar el veredicto que podría definir el futuro de su condena.

Con el traslado a una prisión de máxima seguridad, Hernández se enfrenta a un panorama más hostil, tanto desde el punto de vista penitenciario como legal. Su situación refleja las complejidades del sistema judicial estadounidense y la lucha contra el narcotráfico a nivel internacional. En los próximos meses, se espera que continúe la disputa legal sobre su condena, que ha captado la atención de medios de comunicación y organizaciones internacionales. Redacción Martha C.C.

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