Tegucigalpa, Honduras, HonduPrensa.Com – El expresidente Juan Orlando Hernández Alvarado cumple hoy 57 años, una fecha que en otro tiempo habría sido celebrada con honores políticos, pero que hoy transcurre bajo la sombra de un proceso judicial en Estados Unidos que ha cambiado para siempre su destino. El exmandatario hondureño, originario de Gracias, Lempira, enfrenta uno de los capítulos más dramáticos en la historia política del país: ser el primer expresidente hondureño extraditado y procesado por delitos de narcotráfico en el extranjero.
Desde temprana edad, Hernández mostró interés por la política. Graduado en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) y con estudios de maestría en Administración Pública en Nueva York, se incorporó al Partido Nacional donde rápidamente ascendió en la estructura partidaria. En el Congreso Nacional, su liderazgo fue evidente, llegando a convertirse en presidente del Poder Legislativo antes de dar el salto hacia la Presidencia de la República en el año 2014.
Durante su gestión, impulsó una serie de programas sociales como “Vida Mejor” y proyectos de infraestructura vial y de seguridad que transformaron el rostro urbano del país. También fortaleció la presencia militar en tareas de orden interno, promoviendo la creación de la Policía Militar del Orden Público (PMOP), medida que generó apoyo entre sectores conservadores, pero duras críticas por parte de organizaciones de derechos humanos.
El momento más controvertido de su carrera llegó en 2017, cuando buscó y consiguió la reelección presidencial amparado en un fallo judicial que interpretó la Constitución, pese a que esta prohíbe la reelección. Las elecciones fueron marcadas por denuncias de fraude y protestas masivas que dejaron un saldo de víctimas y una profunda división nacional.
Ya fuera del poder, su imagen comenzó a deteriorarse aceleradamente. En febrero de 2022, fue capturado en su residencia de Tegucigalpa por orden de extradición solicitada por la justicia estadounidense, que lo acusa de conspirar para introducir toneladas de cocaína a Estados Unidos y usar su influencia política para proteger redes de narcotráfico. En marzo del mismo año fue extraditado, iniciando un proceso judicial que ha sido seguido con gran atención dentro y fuera del país.
Actualmente, Hernández permanece recluido en una prisión federal en Nueva York, a la espera de una sentencia definitiva. Durante el juicio, varios excolaboradores y testigos protegidos han ofrecido declaraciones que lo vinculan con actividades ilícitas, mientras su defensa insiste en que las acusaciones son motivadas políticamente.
En Honduras, su caso divide opiniones. Para algunos de sus simpatizantes, Juan Orlando Hernández sigue siendo un líder fuerte y visionario, que modernizó el Estado y combatió el crimen organizado con mano firme. Para otros, su figura representa el abuso del poder, la corrupción y la impunidad que por años han marcado a la clase política hondureña.
Hoy, al cumplir 57 años, su historia continúa siendo motivo de reflexión nacional. Lo que alguna vez fue símbolo de autoridad y control político, se ha transformado en un recordatorio del peso de la justicia y del impacto que las decisiones del poder pueden tener sobre el destino de un país. Su nombre, más allá del juicio, permanecerá inscrito como una figura clave, polémica y determinante en la historia contemporánea de Honduras. Redacción Bruce Villatoro CEO HonduPrensa.Com

