Washington, EEUU.- El expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, ha decidido romper el silencio. Desde la prisión en Estados Unidos donde cumple condena por delitos relacionados con el narcotráfico, el exmandatario lanzó una declaración que ha generado una fuerte oleada de reacciones: “Ahora voy a tener que decir cosas que nunca había dicho”.
Estas palabras fueron escuchadas en una llamada telefónica con su esposa, Ana García de Hernández, difundida públicamente por su familia el pasado 24 de marzo a través de redes sociales. En el video, Hernández sugiere que hay información clave no revelada sobre su proceso de extradición, su juicio en territorio estadounidense y las circunstancias que rodearon su caída del poder.
“Es hora de que Honduras, Estados Unidos y el mundo conozcan la verdad”, añadió, adelantando su intención de hacer públicas declaraciones que, según él, cambiarán el entendimiento del caso que lo mantiene tras las rejas.
Un mensaje que reabre viejos debates
La publicación del video, ampliamente compartida y comentada, ha revivido uno de los episodios más controvertidos en la historia reciente de Honduras. Los sectores políticos, jurídicos y sociales ya han comenzado a reaccionar, divididos entre quienes consideran sus palabras una estrategia mediática y quienes creen que su versión merece ser escuchada.
El exgobernante no ofreció mayores detalles, pero sí fue enfático al decir que «es momento de revelar lo que nunca se ha contado, de explicar por qué se tomaron ciertas decisiones», una afirmación que plantea interrogantes sobre actores, alianzas y posibles pactos que aún no han salido a la luz.
Ana García de Hernández, quien ha mantenido una constante defensa pública de su esposo desde el inicio del proceso judicial, reiteró durante la llamada su respaldo incondicional. “Muchos sí creen en tu inocencia, cada día son más personas; otros dudan, y algunos solo repiten lo que escuchan”, expresó, reflejando la polarización que existe entre la población hondureña respecto a la figura de JOH.
La narrativa familiar como estrategia
Desde su arresto en 2022, la familia del expresidente ha sostenido que su extradición fue producto de intereses políticos internacionales, en particular, de sectores que buscaban eliminar a un adversario ideológico. Así lo reafirmó una de sus hijas en el video: “Mi papá fue un trofeo de la izquierda radical; se quitaron de encima a su mayor adversario”.
Estas afirmaciones, cargadas de una narrativa política, buscan posicionar a Hernández como una víctima de una conspiración regional, apuntando directamente a actores nacionales e internacionales que habrían orquestado su caída. El objetivo: defender su imagen y preparar el terreno para sus futuras revelaciones.
¿Qué podría revelar JOH?
La expectativa sobre el contenido de las futuras declaraciones es alta. ¿Qué sabe Juan Orlando Hernández que aún no ha dicho? ¿A quiénes implicará? ¿Se trata de documentos, grabaciones o testimonios inéditos? ¿Qué impacto tendrán sus palabras en el sistema político hondureño y en las relaciones con Estados Unidos?
Lo que sí está claro es que Hernández está decidido a cambiar la narrativa. En sus propias palabras: “La gente tiene derecho a conocer la verdad. Honduras se merece la verdad, por el efecto que ha tenido sobre ustedes, mi familia, para limpiar el nombre de mi equipo, el nombre de Honduras”.
Con esta promesa, el exmandatario vuelve a colocarse en el centro del debate nacional. Y mientras algunos lo ven como un intento desesperado por recuperar legitimidad, otros se preguntan si el silencio que ha guardado hasta ahora guarda secretos que podrían sacudir al país.
El escenario está preparado. La atención está puesta sobre lo que venga. Y si lo que Hernández afirma es cierto, sus palabras podrían marcar un antes y un después en la historia reciente de Honduras. Redacción Bruce Villatoro CEO HonduPrensa.Com