Tegucigalpa, Honduras | HonduPrensa.Com – El pulso electoral dejó una señal contundente: Libre avanzó donde el voto se decide por cercanía, elevando su cuota municipal a 69 alcaldías tras quitarle más de 40 a los partidos Liberal y Nacional. La estrategia territorial del oficialismo funcionó abajo, aun cuando arriba el resultado fue adverso.
Las cifras retratan el desplazamiento. El Partido Nacional lidera con 153 municipios, el Liberal alcanza 73, pero ambos ceden terreno frente a su control histórico. El reordenamiento local abre una nueva etapa de gobernabilidad municipal y competencia por recursos.
El contraste político es ineludible. Libre quedó tercero en la presidencial (19%) y redujo su bancada a 34 curules, pero ganó músculo municipal. La lectura de fondo apunta a un voto selectivo que premia gestión local y castiga discurso nacional.
El epicentro del éxito oficialista fue Santa Bárbara (19 de 28) y Olancho (11 de 23). En cambio, Choluteca, El Paraíso, Yoro e Islas de la Bahía permanecen cerradas para Libre, con triunfos aislados en Catacamas y Trujillo.
Los nacionalistas mostraron capilaridad en todo el país: dominio en Choluteca, Comayagua, Copán, La Paz, Ocotepeque y Yoro, además de una disputa abierta por la capital pendiente de revisión especial. Los liberales conservaron plazas estratégicas —El Progreso, San Lorenzo, San Pedro Sula—, pero sufrieron reveses en Santa Bárbara, Olancho y Choluteca.
Entre las curiosidades del proceso destacan la reelección independiente en Villa San Antonio, el retorno político de Roosevelt Avilez en Talanga, el liderazgo femenino con unas 20 alcaldesas, la excepcionalidad del PINU en San Rafael (Lempira) y el récord histórico de Carlos Miranda en Comayagua. El debut del exárbitro Melvin Matamoros en Morocelí suma un capítulo de renovación cívica. Redacción HonduPrensa.Com