Tegucigalpa, Honduras.- La preocupación por el futuro democrático de Honduras ha escalado a niveles sin precedentes tras una serie de movimientos políticos encabezados por el presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, que según amplios sectores de la sociedad, responden a un plan estructurado de concentración de poder con miras a garantizar la permanencia del partido LIBRE en el poder, replicando el modelo venezolano de control total del Estado, con respaldo de actores extranjeros y organizaciones criminales transnacionales.
Consolidación institucional: una ruta hacia el control total
El reciente rechazo de Redondo a la renuncia de la consejera del Consejo Nacional Electoral (CNE), Ana Paola Hall, ha sido catalogado como un movimiento calculado para mantener una mayoría oficialista dentro del organismo electoral, asegurando así el dominio del partido LIBRE sobre el proceso comicial de 2025. A esto se suma la injerencia directa del Legislativo en la selección y supervisión del Registro Nacional de las Personas (RNP) y del Tribunal de Justicia Electoral (TJE), consolidando un bloque de poder sin precedentes en la historia reciente de Honduras.
“No se trata solo de manipular elecciones, se trata de garantizar un modelo de poder indefinido, al margen de la ley y la voluntad popular”, denunció el constitucionalista René Adán Tomé.
Detrás del telón: operadores extranjeros, ideología continental y crimen organizado
Varios informes de inteligencia interna y análisis internacionales señalan que el plan de concentración de poder en Honduras cuenta con asesoría directa del régimen venezolano, del Gobierno cubano y de operadores políticos vinculados al expresidente ecuatoriano Rafael Correa, quien enfrenta procesos judiciales en su país pero continúa ejerciendo influencia regional a través de su red continental de asesores.
Uno de los aspectos más alarmantes es la presunta participación del Cartel de los Soles, estructura criminal venezolana integrada por altos mandos militares, que según reportes internacionales, estaría financiando operaciones políticas en Honduras con el fin de establecer una red regional de regímenes aliados al narcotráfico y al autoritarismo.
“No se puede subestimar el papel del Cartel de los Soles. Su interés no es ideológico, es estratégico: Honduras representa una plataforma clave para las rutas del narcotráfico entre Sudamérica y EEUU el continuismo político garantiza impunidad y protección operativa”, expresó bajo anonimato un exfuncionario de inteligencia centroamericano.
Las reformas que se impulsan desde el Congreso, el rediseño del CNE y los bloqueos a la observación internacional serían solo el preludio de una estrategia que busca desmantelar los últimos contrapesos democráticos para instaurar un régimen de poder total.
“Redondo es el ejecutor, pero el plan es de Zelaya. Él aprendió de Maduro, de los Castro y de Correa. Honduras está siendo dirigida desde una mesa internacional de izquierda radical donde la democracia es solo una fachada”, denunció el diputado independiente Luis Rodríguez.
Oposición, sociedad civil y comunidad internacional: ¿bastión o espectador?
Ante este escenario, la oposición política ha comenzado a articularse, aunque aún sin la fuerza necesaria para contrarrestar el aparato institucional del oficialismo. Las alertas de la ASJ, el CNA y organizaciones internacionales de derechos humanos coinciden en que el país atraviesa una etapa de regresión democrática acelerada, donde el fraude electoral podría ser una realidad consolidada antes incluso de que se abran las urnas.
Diplomáticos de Estados Unidos y la Unión Europea ya han sostenido reuniones privadas con actores clave del país, manifestando serias preocupaciones sobre el rumbo político e institucional de Honduras. Algunas fuentes apuntan a posibles sanciones individuales contra funcionarios y actores involucrados en el plan de manipulación electoral, así como restricciones a la cooperación internacional y acceso a fondos multilaterales.
A continuación, se detallan las etapas y mecanismos del proceso electoral estilo Venezuela que se busca replicar en Honduras:
🛑 1. Cooptación total de los entes electorales
El primer paso del modelo consiste en tomar el control absoluto de los organismos responsables del proceso electoral:
-
Consejo Nacional Electoral (CNE): Sus magistrados son nombrados con mayoría oficialista. Cualquier intento de renuncia, como el de Ana Paola Hall, es bloqueado si afecta esa correlación.
-
Registro Nacional de las Personas (RNP): Se altera o manipula el censo electoral. Se inflan padrones en zonas afines al oficialismo y se dificultan inscripciones en sectores de oposición.
-
Tribunal de Justicia Electoral (TJE): Funciona como un blindaje judicial que avala resultados fraudulentos y desestima impugnaciones.
🧱 2. Eliminación de la observación internacional independiente
Una vez asegurado el control institucional, se procede a restringir o condicionar la presencia de misiones de observación internacional:
-
Se exige que los observadores firmen “acuerdos de no injerencia” que les impiden opinar libremente.
-
Se reduce el número de acreditaciones.
-
Se limita el acceso a centros de votación clave.
-
En algunos casos, se sustituye la observación internacional por observadores afines o simpatizantes del régimen.
🗳️ 3. Manipulación del sistema de transmisión de resultados (TREP)
Al igual que ocurrió en Venezuela, se altera el sistema electrónico de transmisión de resultados preliminares (TREP):
-
Se detiene la transmisión cuando los resultados no favorecen al oficialismo.
-
Se manipulan actas en mesas clave.
-
Se “caen” los servidores por presuntos “ciberataques”.
-
Al reiniciarse el sistema, los resultados ya están alineados con el objetivo político.
🧾 4. Uso del aparato estatal para coacción electoral
El gobierno utiliza recursos públicos, programas sociales, y fuerzas de seguridad para presionar al electorado:
-
Se condicionan bonos, alimentos y beneficios sociales a cambio del voto.
-
Se persigue o despide a empleados públicos que no apoyan al oficialismo.
-
Se militarizan los centros de votación en zonas opositoras.
-
Se promueve una narrativa de “defensa de la revolución” como elemento emocional y de miedo.
💻 5. Desinformación masiva y control comunicacional
-
Se despliegan campañas masivas de desinformación y propaganda digital, muchas veces ejecutadas con apoyo de asesores venezolanos y cubanos expertos en manipulación de redes.
-
Se desacredita cualquier crítica llamándola “campaña internacional” o “guerra mediática de la oligarquía”.
-
Se restringe la libertad de prensa, se hostiga a medios independientes y se inunda el espacio digital con contenido oficialista.
⚖️ 6. Judicialización y persecución de la oposición
Antes, durante y después del proceso, se aplica una estrategia judicial para neutralizar a líderes opositores:
-
Se abren procesos penales por corrupción, sedición o delitos electorales fabricados.
-
Se inhabilita a candidatos competitivos con fallos exprés del Poder Judicial.
-
Se promueve el exilio o encarcelamiento de líderes incómodos.
🚨 7. Proclamación exprés y blindaje constitucional
-
Tras la elección, los resultados son proclamados rápidamente por un CNE controlado, evitando auditorías independientes.
-
Se impide cualquier protesta bajo el argumento de “atentar contra la paz del país”.
-
Si es necesario, se promueven reformas constitucionales exprés o asambleas constituyentes para legalizar la permanencia indefinida en el poder.
❗ ¿Qué sigue para Honduras?
Si no se actúa con firmeza desde la sociedad civil, la oposición y la comunidad internacional, Honduras corre el riesgo de repetir la historia de Venezuela, Nicaragua y Bolivia, donde la democracia fue desmantelada paso a paso ante los ojos del mundo.
Conclusión: el rostro hondureño del socialismo del siglo XXI
Lo que comenzó como una victoria electoral de un partido de izquierda hoy se proyecta como una ofensiva regional de toma del poder total, con financiamiento ilícito, asesoría extranjera y concentración institucional. Luis Redondo se ha convertido en el rostro visible de una estrategia que no busca solamente gobernar, sino eternizarse en el poder. Honduras, en este contexto, podría estar dejando de ser una república democrática para convertirse en una pieza más del ajedrez geopolítico de los regímenes autoritarios del continente. Redacción Bruce Villatoro CEO HonduPrensa.Com