Río de Janeiro.- El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó que su antecesor, Jair Bolsonaro, quedó totalmente “noqueado” tras perder las elecciones de 2022, al punto que tuvo que encerrarse en su casa durante un mes para “llorar” y preparar un golpe de Estado.
El líder progresista afirmó que el ultraderechista nunca pensó que perdería unas elecciones en las que utilizó ilegalmente toda la máquina pública y hasta las fuerzas armadas al servicio de su campaña a la reelección; en las que inyectó una millonaria suma y en las que montó una fábrica de mentiras para engañar al electorado.
Lula destacó el duro golpe sufrido por el líder ultraderechista en su transmisión semanal por las redes sociales “Conversación con el Presidente” y al ser interrogado sobre la conmemoración de un año (el 30 de octubre) de la segunda vuelta de las presidenciales de 2022, en las que conquistó su tercer mandato.
“Nuestra victoria fue tan mayúscula que él (Bolsonaro) quedó noqueado. Él se encerró en su casa un mes porque no sabía qué hacer. Cuando perdió, enloqueció, se encerró dentro de casa, quedó llorando y lamentando. Hay personas que dicen que un día él hablaba y al otro no, pero la verdad es que lo que estaba haciendo era preparando un golpe (de Estado)”, afirmó.
No estaba planeando el golpe
Según el jefe de Estado, Bolsonaro no estaba planeando el golpe para el 8 de enero de este año, una semana después del inicio de su Gobierno y cuando miles de “bolsonaristas” asaltaron las sedes de los tres poderes en un intento de forzar una intervención militar, sino para mediados de diciembre, antes del cambio en la Presidencia.
Agregó que la intención era promover el golpe antes de la ceremonia de mediados de diciembre en que el tribunal electoral reconoció oficialmente al vencedor de las presidenciales, pero que los planes fracasaron debido a que ese acto fue anticipado.
Afirmó que su alegría al vencer las elecciones fue “muy grande” debido a que, tras una intensa campaña en la que Bolsonaro puso en dudo en repetidas ocasiones la fiabilidad del sistema electoral brasileño y desafió a las instituciones, había mucha preocupación sobre lo que podía ocurrir.
“Esas cosas (las críticas al sistema electoral y a las instituciones) crearon un clima de mucha expectativa en Brasil y por eso cuando ganamos quedé muy alegre, porque fue una elección con mucho sudor y mucha sangre, y ahora nuestro papel es recuperar las instituciones”, dijo.
Según Lula, su alegría fue muy grande también porque terminó venciendo las elecciones tras una campaña en que su rival inventó muchas mentiras que las redes sociales difundieron sin control y en las que usó descaradamente la máquina pública a su favor.
“Nunca antes en la historia de Brasil un presidente usó tanto la máquina pública como él la uso. Pero también usó a su favor las fuerzas armadas, las fuerzas policiales, todas las instituciones bajo su control. Ahora supimos que hasta hicieron escuchas telefónicas de personas sin autorización judicial”, dijo.
Con información de EFE