En 2012, Nadal sufrió una rotura del tendón rotuliano de la rodilla izquierda, una de las peores lesiones de su carrera. Según su tío y entrenador, Toni Nadal, este fue el momento más crítico para Rafa, quien incluso llegó a perder las ganas de competir. “Rafael no quería volver a jugar después de la lesión en 2012”, reveló Toni Nadal en una entrevista con Cadena SER. A pesar de sus dudas, su equipo lo impulsó a continuar, y tras una larga recuperación de siete meses, volvió al circuito en 2013.

Su regreso, sin embargo, no fue sencillo. En su primer torneo en Viña del Mar, Nadal apenas podía agacharse debido al dolor persistente en la rodilla, y aunque llegó a la final, terminó perdiendo. Pero todo cambió después de ganar en Sao Paulo y arrasar en Acapulco, donde venció a David Ferrer en la final. Esa remontada épica lo llevó de nuevo a la cima del tenis mundial, terminando 2013 como el número uno del mundo.