Tegucigalpa, Honduras. Este 27 de enero marca el tercer aniversario del mandato de Xiomara Castro, un periodo que inició con altas expectativas de cambio y que hoy se encuentra rodeado de desafíos históricos, promesas incumplidas y tensiones políticas que han marcado el panorama nacional. La primera mujer presidenta de Honduras ha liderado un gobierno cargado de simbolismo, pero también de polémicas que dividen la opinión pública.
Un gobierno que prometió refundar Honduras
Al asumir el poder en 2022, Xiomara Castro se comprometió a transformar el país, priorizando la justicia social, la lucha contra la corrupción y una refundación nacional. Entre sus promesas más destacadas estaban la instalación de la CICIH, la eliminación de los peajes, la construcción de ocho hospitales y la revisión del contrato del aeropuerto de Palmerola. Sin embargo, tres años después, estos compromisos siguen sin cumplirse, generando frustración entre quienes apoyaron su proyecto político.
El caso de la CICIH es especialmente emblemático. Durante su campaña, Castro aseguró que la comisión anticorrupción sería instalada en los primeros 100 días de su gobierno. No obstante, tras 1,096 días de gestión, las negociaciones con Naciones Unidas no han rendido frutos, dejando al país sin un mecanismo efectivo para combatir la corrupción. La falta de resultados en este ámbito ha generado críticas tanto de la sociedad civil como de la oposición política.
Relaciones exteriores y confrontaciones estratégicas
El tercer año de mandato de Xiomara Castro coincide con un cambio de liderazgo en Estados Unidos, donde Donald Trump ha retomado la presidencia. Su enfoque en políticas migratorias estrictas, como la deportación masiva de inmigrantes indocumentados, afecta directamente a los 1.5 millones de hondureños que viven en ese país. Las remesas, que representan más de 8 mil millones de dólares anuales, podrían disminuir drásticamente, lo que tendría un impacto devastador en la economía nacional.
En respuesta, Castro ha adoptado un tono más confrontativo, amenazando con cerrar la base militar de Palmerola si las deportaciones se concretan. Además, su decisión de denunciar el tratado de extradición con Estados Unidos ha generado críticas por parte de sectores políticos, empresariales y de la sociedad civil, quienes consideran esta medida como un intento de proteger a figuras cercanas al gobierno.
Economía: retos estructurales y ausencia de empleo
En el ámbito económico, los tres años de gestión han estado marcados por una falta de generación de empleo, el cierre de empresas y una crisis en el sector manufacturero. Según datos del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), decenas de miles de empleos se han perdido, mientras el gobierno aún no presenta una estrategia clara para fomentar la inversión y fortalecer la economía formal.
El gobierno de Castro ha insistido en la Ley de Justicia Tributaria como una solución para aumentar los ingresos del Estado, argumentando que eliminar exoneraciones fiscales permitirá recaudar más de 60 mil millones de lempiras. Sin embargo, el sector empresarial ha expresado preocupación, señalando que la ley podría desalentar la inversión extranjera y aumentar la incertidumbre económica.
Infraestructura y energía: avances con limitaciones
Entre los logros de la administración destacan los avances en infraestructura y energía, áreas prioritarias según la presidenta. El presupuesto de infraestructura se incrementó en un 34.2% en 2024, lo que permitió financiar proyectos como la rehabilitación de carreteras. Además, se ha fortalecido la capacidad instalada de energías renovables, reduciendo la dependencia de combustibles fósiles.
En cuanto a la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), el gobierno implementó el Programa Nacional para la Reducción de Pérdidas (PNRP), recuperando más de 1,500 millones de lempiras y mejorando parcialmente las finanzas del sector energético. No obstante, los problemas estructurales persisten, y los apagones y tarifas elevadas siguen afectando a la población.
Presupuesto sin aprobación y tensiones en el Congreso
Un hecho sin precedentes es la falta de un presupuesto aprobado para 2025. El gobierno propuso un gasto de 430 mil millones de lempiras, priorizando áreas como Defensa y Seguridad, pero sin incrementos significativos en salud o educación. Este retraso en la aprobación ha generado críticas por parte de la oposición, quienes también denuncian que el Ejecutivo pretende centralizar los fondos para las elecciones de 2025, una medida que consideran preocupante.
Impacto político y balance de tres años
A nivel político, el liderazgo de Xiomara Castro ha sido un punto de inflexión en la historia del país. Su llegada al poder rompió paradigmas, pero su gobierno ha enfrentado tensiones internas y externas que han debilitado su imagen. Según encuestas recientes, el descontento ha crecido entre sectores independientes que inicialmente apoyaron su candidatura.
La falta de avances en la lucha contra la corrupción, la pérdida de empleos y las tensiones diplomáticas con Estados Unidos han generado un desánimo generalizado. Sin embargo, el gobierno sigue buscando consolidar su base política con miras a las elecciones de noviembre de 2025, donde Rixi Moncada podría ser la candidata oficial del partido LIBRE.
Conclusión: una administración con luces y sombras
A tres años de su mandato, Xiomara Castro enfrenta una mezcla de logros parciales y desafíos profundos. Mientras su administración ha impulsado avances en infraestructura y energía, también ha dejado pendientes críticos en áreas como la justicia social, la lucha contra la corrupción y la generación de empleo.
El futuro de su gobierno dependerá de su capacidad para cumplir las promesas hechas en 2022 y de reconectar con un electorado que exige resultados tangibles. Los próximos 365 días serán decisivos para definir su legado como presidenta y para consolidar el rumbo político de Honduras en los años venideros. Redacción Bruce Villatoro CEO QuienOpina.Com