Esta es una temporada muy importante para los Lakers, la primera en la que la franquicia angelina tiene a Luka Doncic desde el salto inicial del primer partido, y veremos si la última, que podría ser, con LeBron James en el equipo.
Entre un presente que obliga a competir y el futuro que hay que construir de la forma más sólida posible para tener un equipo sostenidamente bueno al servicio de Doncic, hay muchas incógnitas que despejar. Y estas van del rendimiento que pueden dar jugadores como Deandre Ayton y Marcus Smart, que quieren redención (cada uno a su manera), a la búsqueda de certezas con Austin Reaves y una situación que puede acabar siendo muy compleja.
Ahora Reaves tiene que demostrar que realmente puede formar backcourt con Doncic, algo que básicamente tiene que ver con las posibilidades defensivas que puedan ofrecer juntos, y convencer así a los Lakers de que merece un contrato de primerísimo rango. Hasta ahora un chollo (firmó por cuatro años y menos de 54 millones en 2023), tendrá una player option que seguramente (salvo sorpresa mayúscula) no ejecutará el próximo verano, lo que le permitirá salir al mercado en plena bonanza, otra más, de los contratos con los nuevos acuerdos de televisión.
Los Lakers, cuando acabó la pasada temporada, cumplieron el trámite de ofrecerle una extensión que, por convenio, no podía ir más allá de cuatro años y 89,2 millones. Reaves, era obvio, la rechazó porque buscará un salario más cercano a los 30 millones al año. Así que en la franquicia tendrán que ver cómo de cómodos se sienten con esas cifras… o plantearse incluso la opción del traspaso, que por ahora no ha sido activada en L.A.
“Cuando rechacé la extensión sabía que existía la posibilidad de que me traspasaran. Y sé que es algo que todavía puede suceder”, asegura un jugador que, eso sí, disfrutará por ahora de una temporada más al lado de LeBron James, su gran mentor en estos ya cuatro años en la NBA. Los dos han vivido un verano de muchos rumores, pero los dos empezarán la temporada de púrpura y oro: “Creo que lo más increíble de él es su amor por el baloncesto. No hay, literalmente, otra razón para que siga jugando. Es, para mí, el mejor de la historia. Pero es que podría haberse retirado hace seis años y se podría haber dicho lo mismo. Tiene dinero de sobra… pero sigue jugando porque adora el esfuerzo que implica, adora salir a la pista, todavía cree que puede seguir mejorando. En las que puede trabajar para crecer aún más como jugador. Es lo más increíble, ver cómo se comporta tanto dentro como fuera de la pista”.
Reaves, además, compartió en el media day de los Lakers una anécdota que explica cómo ha sido su relación con LeBron y el aprendizaje que ha supuesto jugar con él. Una que tiene que ver… con su abuela: “Lo mejor de LeBron es que puedes contestarle, puedes decirle las cosas si crees que no tiene razón. Recuerdo que en mi temporada como rookie hice algo que él creía que estaba mal y se dedicó a decírmelo mirando jugadas en el IPad que tenemos detrás del banquillo. Pero se lo quité y pensé ‘eh, sé que no la he cagado yo, pero voy a mirarlo’. Vi que tenía razón así que le di unos toques en el hombro y le dije ‘mira lo que ha pasado de verdad’. Y reconoció que había sido culpa suya. Se puede discutir con él. Ha habido un par de veces que nos hemos enzarzado, y sobre todo una mi abuela se enfadó muchísimo con él. Se puso en plan ‘si te vuelve a gritar así solo una vez más…’. Le dije que estuviera tranquila. Que sus hijos gritan más. Que mi madre, que es su hija, me ha gritado mucho más que LeBron. Fue muy divertido”. Con información de ASColombia