El Congreso Nacional de Honduras atraviesa un clima de alta tensión tras las denuncias de coacción y amenazas formuladas por la bancada del Partido Nacional. En medio de desacuerdos, la aprobación del Presupuesto General 2025 sigue sin concretarse, lo que ha generado un parón en las actividades legislativas. Ante esta situación, el presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, convocó a una nueva sesión el próximo jueves para intentar resolver la controversia.
El súbdito de la bancada nacionalista, Nelson Márquez, no dudó en señalar que el partido oficialista Libertad y Refundación (LIBRE) está llevando a cabo tácticas para influir en las decisiones de los diputados del Partido Nacional. Márquez detalló que representantes de LIBRE habrían entrado al hemiciclo legislativo y acosado a los diputados del Partido Nacional en un intento de manipular sus votos. “Hoy tenemos que denunciar lo que está sucediendo dentro del Congreso”, expresó el legislador en conferencia de prensa.
A pesar de las acusaciones de coacción, Nelson Márquez reafirmó que su bancada no cederá ante las presiones. “Nuestra responsabilidad es con Honduras”, subrayó, a la vez que acusó al oficialismo de haber intentado asegurar los votos necesarios a través de negociaciones con la bancada liberal, sin la participación del Partido Nacional. Además, Márquez resaltó que la bancada del Partido Nacional ha estado presente en cada convocatoria legislativa, y criticó que el Ejecutivo no haya logrado los votos por sus propios desacuerdos.
En cuanto al contenido del presupuesto, el diputado del Partido Nacional indicó que su bancada seguirá presentando observaciones en temas cruciales, como el aumento salarial para los maestros. Aunque coincidió con el Ejecutivo en algunos aspectos, exigió claridad sobre la financiación de los aumentos. “Necesitamos saber cuánto será el aumento para los maestros y cómo se financiará”, recalcó el legislador.
Un tema igualmente crítico fue el porcentaje de transferencias propuestas por el Ejecutivo, que se fijó en un 7 por ciento, cifra que cuestionó Márquez. Su bancada aboga por cumplir con la ley que establece un 11 por ciento para estas transferencias. “Estamos de acuerdo con las transferencias, pero con el 11 por ciento que establece la Ley”, puntualizó Márquez, reafirmando su postura sobre el presupuesto.
Paralelamente, la diputada Maribel Espinoza, del Partido Liberal, también alzó su voz sobre las irregularidades en el proceso. Denunció que el vicepresidente del Congreso Nacional, Hugo Noé Pino, no entregó el dictamen oficial del presupuesto durante una reciente reunión. Espinoza insistió en la necesidad de contar con el dictamen de la Comisión de Presupuesto para llevar a cabo un debate informado y transparente. “Sería irresponsable votar sin conocer los detalles oficiales del dictamen”, advirtió la diputada liberal.
La situación se complica aún más debido a la falta de respuestas claras sobre el dictamen solicitado, lo que mantiene en vilo el debate sobre el presupuesto. Mientras tanto, Luis Redondo ha convocado una nueva sesión para este jueves a las 3:00 pm, con la esperanza de superar las diferencias y avanzar en la discusión del Presupuesto General 2025 .
¿Qué pasaría si no se aprueba el presupuesto general de la República 2025?
La falta de aprobación del presupuesto para el próximo año podría tener consecuencias graves para Honduras. El presupuesto es un instrumento clave para garantizar el funcionamiento del Estado y sus servicios, desde el sistema educativo hasta la salud pública y la seguridad. Sin una aprobación oficial, el gobierno se vería obligado a operar bajo un presupuesto provisional, lo que afectaría la planificación financiera de los proyectos y programas gubernamentales.
Uno de los principales efectos de la paralización del presupuesto sería la incertidumbre económica. Si no se aprueba a tiempo, el gobierno no podría realizar pagos clave como salarios de empleados públicos, pensiones y el financiamiento de obras públicas. Esto también podría afectar la capacidad del gobierno para negociar acuerdos de financiamiento internacional con organizaciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, ya que la falta de un presupuesto aprobado podría generar desconfianza en los inversionistas y en los socios internacionales.
En términos de política interna, el estancamiento en la aprobación del presupuesto podría derivar en un desgaste político para la administración actual, lo que debilitaría la credibilidad del gobierno frente a la población. A nivel legislativo, esto podría generar un ambiente de inestabilidad política, donde las alianzas entre los partidos se verían aún más tensas, afectando la gobernabilidad del país.
Además, sectores sensibles como la educación y la salud serán los más afectados. El aumento salarial propuesto para los maestros y la implementación de programas de infraestructura educativa y sanitaria podrían retrasarse o suspenderse, afectando la calidad de los servicios que reciben los ciudadanos. En resumen, la no aprobación del presupuesto representaría un golpe duro para las finanzas públicas y la estabilidad de Honduras. Redacción Bruce Villatoro CEO HonduPrensa.Com